Cuatro funcionarios violentaron las chapas de la oficina de gerencia del Hospital María Inmaculada para que su director, Luis Ignacio Aparicio Ibarra, no pudiera ingresar a su espacio de trabajo en una disputa por la gerencia en el principal centro hospitalario de la Amazonía colombiana.
Entre las personas que protagonizaron el acto bochornoso que se presentó durante la llegada del gerente interino designado unilateralmente por la administración departamental para suceder en el cargo a Aparicio Ibarra, se encuentra Yuber Ramón, gerente designado en interinidad por la administración departamental, el jefe de control interno del hospital, el subsecretario de Salud y un asesor jurídico de la Gobernación.
Ramón señaló que «esto se hizo a la luz de los mismos celadores, de la Secretaría de Salud Departamental, de la Asesoría Jurídica del Departamento, como también del jefe de control interno, simplemente para hacer un cambio de chapas de la puerta principal de la gerencia, repito, en aras de salvaguardar los bienes del Hospital María Inmaculada”.
Por su parte, Luis Ignacio Aparicio, afirmó a el diario la Nación que se encuentra en un “silencio administrativo” por las irregularidades que se han presenciado en su contra.
“El 30 de marzo a las cuatro de la tarde protocolicé un presunto silencio administrativo positivo por todas las irregularidades administrativas que viene cometiendo la Gobernación conmigo. Esa escritura pública merece la acatación de las autoridades y los civiles, lo que pido es que se respete el derecho que me otorgó la junta directiva al elegirme por unanimidad, incluido el mismo delegado del Gobernador”, expresó el funcionario.
El acto es una muestra de la tensión que se ha generado por la administración del Hospital María Inmaculada.