Anders Behring Breivik, el joven que asesinó a 77 personas en julio del año pasado y quien admitió el hecho, no quiso reconocer su culpabilidad en la matanza y se declaro penalmente inocente.
“Reconozco los hechos pero no reconozco mi culpabilidad” en el sentido penal, dijo el acusado.
Durante la audiencia Breivik mantuvo la cabeza agachada mientras la fiscal Inga Bejer Engh leía el acta de acusación y los nombres de las víctimas de la explosión de un carro bomba cerca del Palacio de Gobierno y de las 69 jóvenes en la isla de Utoya.
El asesino estuvo todo el tiempo bajo la mirada de cuatro expertos siquiatras, así como los abogados defensores y los fiscales, también estaban presentes en la apertura del juicio.