Las autoridades indicaron que alrededor de 400 presos habían tomado el control de la cárcel de Aracaju, al nordeste de Brasil, como protesta ante las condiciones infrahumanas en que se encuentran recluidos los reos. Durante 48 horas mantuvieron como rehenes a mujeres y niños, que estaban de visita, y a guardias del penal.
La revuelta concluyó hoy con la entrega de los últimos rehenes y el compromiso de atender los reclamos de los 470 amotinados.
Los últimos 82 rehenes, de un total de 125 familiares de presos y tres agentes capturados desde la tarde de ayer, fueron liberados tras una negociación entre representantes de los amotinados y el secretario estadual de Seguridad Pública, Joao Eloy, quien se comprometió a atender algunas de las demandas de los detenidos.
Reportes de prensa desde el presidio precisan que no hubo heridos ni incidentes violentos durante la protesta y agregan que miembros del Batallón de Choque realizan una inspección del local y de los presos.
Eloy confirmó que durante las 26 horas de la protesta no hubo violencia ni enfrentamientos.
Santa Fe con agencias