Brasil cerró con honores y a ritmo de carnaval la 25ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. Durante los catorce días del certamen, Brasil llevó a cabo 70 discusiones con 55 autores brasileños, la delegación más numerosa que ha traído un país invitado a la feria, según Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro.
Más de 300.000 visitantes recorrieron el pabellón ‘Brasil, Brasis, Brasiles’, diseñado por Daniela Thomas, una de las más destacadas escenógrafas brasileñas.
En la Librería de Brasil, cuya operación estuvo a cargo del Fondo de Cultura Económica, se vendieron más de 6.500 ejemplares. Entre los más solicitados estuvieron los clásicos de Clarice Lispector, Guimaraes Rosa y Jorge Amado.
La Feria del Libro también permitió fortalecer el intercambio cultural entre ambos países. Las ministras de cultura Mariana Garcés Córdoba (Colombia) y Ana de Hollanda (Brasil), establecieron acuerdos de cooperación para el fomento del libro y la lectura.
Entre las acciones que se llevarán a cabo entre los dos países está el intercambio de autores de Brasil y Colombia en ferias, festivales literarios y universidades, el estímulo a programas de traducción y publicación de títulos brasileros en Colombia y viceversa; la creación de festivales literarios en la frontera, con la participación de las bibliotecas públicas ubicadas en las áreas de la región amazónica, la promoción de la presencia de libros colombianos en la red de bibliotecas públicas de Brasil y viceversa, y el intercambio de experiencias en el ámbito de la digitalización y restauración de las colecciones de las bibliotecas públicas.
Es preciso resaltar que la participación de Brasil en esta edición de la FILBo, corresponde a una política prioritaria de la Fundación Biblioteca Nacional (FBN), vinculada al Ministerio de Cultura (MinC) y al Ministerio de Relaciones Exteriores, de promover la literatura brasileña en el exterior.
Convencidos de que la difusión de la literatura es fundamental para que se establezcan lazos duraderos entre los países, la FBN reforzó el año pasado su programa de apoyo a la traducción de obras brasileñas en el exterior. Hasta 2020 se realizarán inversiones de US$ 7,6 millones en el programa, cuyas bases se encuentran en la página web de la institución (www.bn.br/translationgrant)
El interés de Colombia por la literatura brasileña se vio reflejado en las ruedas de negocios de la feria, en donde se dieron cita editores, agentes literarios y autoridades del sector editorial de ambos países, como la Cámara Brasilera del Libro, para acordar la publicación de nuevos títulos de autores brasileños en español. Estas negociaciones se trasladarán a otros escenarios como la Bienal del Libro de Sao Paulo, que contará con la participación de un grupo de profesionales del sector editorial colombiano en la segunda mitad de 2012.
Gracias al programa ‘Libro al Viento’ de la Secretaría de Cultura de Bogotá, las letras brasileñas se quedaron en el corazón de los bogotanos. Más de 10 mil ejemplares del libro ‘Ficciones desde Brasil’, una selección de diez relatos de los mejores autores clásicos y contemporáneos del país invitado de honor a la FILBo, fue distribuida en el marco de la feria de manera gratuita.
«Estamos complacidos de haber tenido a Brasil como invitado de honor en la celebración de los 25 años de la feria. Es un país que en solo 10 años logró duplicar los índices de lectura y ahora le apuesta a la internacionalización de su literatura. Después de Bogotá, Brasil será el país invitado a las Ferias del Libro de Frankfurt (2013) y Bolonia (2014), y nos alegra que hayan escogido a la Feria del Libro de Bogotá para iniciar su recorrido internacional», señaló Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro.
Y agregó que gracias a la feria del libro y al interés que generó la presencia de Brasil en los medios de comunicación, los colombianos lograron acercarse más a la literatura brasileña. “La feria ha sido una plataforma para estrechar los lazos culturales entre ambos países, por eso esperamos que los programas de traducciones se intensifiquen y que el idioma no vuelva a ser una barrera para poder leer autores brasileños”, dijo.