El ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, se mostró contrario al proyecto de ley que busca despenalizar el cultivo de drogas en Colombia.
En desarrollo del debate sobre el tema en la comisión primera de la Cámara, el funcionario dijo que este proyecto desconoce los lineamientos jurídicos sobre el tema y que si bien es cierto que en este momento se está tratando de evaluar el tema “aún no es momento de hacer un cambio a esa política”.
“No es el instante de anticipar un conjunto de normas en este camino (…) esto no se puede trabajar como el Llanero Solitario”, recalcó Esguerra ante los congresistas.
Agregó que es probable que en el futuro el proyecto tenga viabilidad, pero este no es el momento para discutir.
Mientras tanto, el ponente de la iniciativa, el representante Hugo Velásquez Jaramillo, dijo que su iniciativa “no es la legalización de la actividad del narcotráfico”.
De acuerdo con el legislador, las actuales políticas represivas no han dado resultado en la lucha contra las drogas, las cuales han transformado la vida social, económica y política de Colombia en los últimos 40 años.
“Colombia enfrentó, no puede negarse, una guerra casi en solitario para tratar de frenar o reducir tal actividad criminal y después de varios lustros de enfrentamientos y al evaluar los resultados de esa lucha, la respuesta al unísono fue fracaso”, sostuvo el legislador.
Al debate están citados los ministros de Justicia, Juan Carlos Esguerra y de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, así como el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Rafael Mejía.
Entre los argumentos más sólidos que contiene la iniciativa estan:
• Se realiza un acto de justicia social reconociendo que hay un sector de campesinos empujados al narcocultivo por el abandono oficial, carencia de vías de comunicación, falta de crédito, informalidad de la propiedad rural y por necesidad de sobrevivir.
• Descongestión judicial y carcelaria, ya que son los cultivadores, raspachines y sus familias los que ocupan la mayor dedicación del aparato judicial y carcelario.
• Se desestimula el desplazamiento de las áreas cultivadas que por buscar clandestinidad terminan por favorecer la tala de selvas y bosques, propiciando escenarios que se aprovechan por los actores armados.
Se acaba con una de las fuentes de corrupción de autoridades de policía locales.