Salud

La fibromialgia: una enfermedad subdiagnosticada

Un alto porcentaje de pacientes colombianas que sufren enfermedades relacionadas con la fibromialgia siguen siendo subdiagnosticadas y llevan años sin recibir el tratamiento y el manejo adecuados para su patología.

Así lo afirma Omar Gomezese, anestesiólogo y especialista en dolor de la Fundación Cardiovascular (Bucaramanga) a propósito del Día Mundial de la Fibromialgia, que se conmemorará el próximo 12 de mayo a fin de crear mayor conciencia sobre el impacto físico y emocional de esta enfermedad caracterizada por el dolor sin causa aparente en diversas partes del cuerpo.

Si bien en el país no existen cifras oficiales, el especialista estima que por lo menos el 90% de las colombianas con esa dolencia recibe una atención insuficiente. Y los datos mundiales revelan que entre el 3% y el 6% de la población presenta fibromialgia[1].

Las razones de esta situación, apunta el Dr. Gomezese, son múltiples. Por una parte, hasta hace unos años las escuelas de Medicina del país no contaban con una cátedra de dolor, de modo que hay pocos médicos entrenados para detectar la alteración y remitir a las pacientes a centros especializados.

Otro factor que entorpece el manejo de la dolencia es el estilo de vida de las mujeres afectadas. “La paciente típica con fibromialgia carga con múltiples responsabilidades y vive tan ocupada que es muy difícil que realice los cambios en su rutina que le permitirían tener un mejor pronóstico. El resultado es que experimentan mucho más sufrimiento del que tendrían si se atendieran correctamente”.

De acuerdo con el especialista, la fibromialgia es una enfermedad crónica que se produce por una alteración de los mecanismos de dolor del sistema nervioso y se caracteriza por dolores múltiples en músculos y articulaciones.

Además, es mucho más común en las mujeres (entre el 80% y el 90% de los casos[2]) y generalmente está acompañada de dificultad para dormir, rigidez matinal, fallas de memoria y problemas de concentración[3].

Estas pacientes no sólo son hipersensibles a estímulos leves, sino que además son incapaces de atenuar las sensaciones dolorosas como ocurriría en una persona sana. En consecuencia, el dolor que sienten es constante e intenso.

Pese a que no se conoce con exactitud qué causa ese desorden, se sabe que hay factores de riesgo como la genética, el estrés, algunas infecciones y traumatismos que pueden predisponer a una persona a padecerla.

Para el Dr. Gomezese, el tratamiento ideal incluye la prescripción de medicamentos que ayuden a modular las sensaciones dolorosas y aliviar la depresión. Pero además, enfatiza, es fundamental que las pacientes practiquen actividad física, disminuyan sus niveles de estrés, duerman al menos 8 horas diarias y acudan a psicoterapia. “Si hacen todo eso tienen altas probabilidades de mejorar; uno logra compensarlas y su calidad de vida es significativamente mejor. Al tratarse de una enfermedad crónica no espero una recuperación total, pero sí es posible que vuelvan a trabajar y no se incapaciten”, explica el anestesiólogo.

Aparte del sufrimiento físico, el Dr. Gomezese asegura que por lo general la enfermedad provoca depresión y perjudica la vida personal y laboral de las mujeres afectadas. “Casi siempre tienen problemas en el trabajo porque terminan tan incapacitadas y con tantos problemas que o ellas renuncian o el jefe las echa. Además, esos mismos dolores que ocasionan molestias en la paciente provocan molestias en la pareja y es común que veamos familias destruidas”, asegura el especialista.

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