Los actos se realizarán en más de 80 ciudades españolas, varios grupos se concentrarán y acamparán en diferentes plazas.
El ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz, ya ha intentado poner un freno a las movilizaciones de este sábado al advertir que «evidentemente no va a haber acampadas porque son actos ilegales», y por eso se han trasladado a Madrid, uno de los epicentros de las protestas, policías desde otras ciudades del país para montar un dispositivo que contará con más de 1.500 agentes antidisturbios.
El Gobierno autonómico de la Comunidad de Madrid, en manos del partido de Mariano Rajoy, ha advertido a través de su delegada Cristina Cifuentes que no se van a permitir las acampadas y que los manifestantes deben abandonar las plazas a las 22.00h hora local como muy tarde.
Ante el temor de que se desencadene la represión policial que se vio en otras concentraciones, Amnistía Internacional ha querido subrayar que los indignados tienen derecho a manifestarse de manera pacífica y que las acampadas son una opción legítima de protesta.
La demandas de los indignados, fue inspirada en la primavera árabe, que estimuló a otros movimientos de protesta como Occupy Wall Street, se han concentrado en cinco áreas: Educación y sanidad públicas de calidad; No a la precariedad laboral y No a la reforma; Por una vivienda digna garantizada y una renta básica universal; y «ni un euro más para rescatar a los bancos».
Entre tanto, más de 50 países se han solidarizado con España, y en unas 300 ciudades se han organizado eventos similares, entre las que destacan algunas tan importantes como París, Berlín, Londres, Bruselas, Nueva York, Washington D.C., Río de Janeiro, El Cairo, Caracas y Nueva Delhi.
Información de David Mauricio Vanegas Duarte.