Crimen de Rosa Elvira: Mauricio Ariza afirma que se le acusó por estar en el lugar equivocado y con la persona equivocada
Mauricio Ariza, quien había sido señalado como presunto cómplice de Javier Velasco en el crimen de Rosa Elvira Cely, aseguró esta mañana a través de Radio Santa Fe que teme por su vida y que incluso ha tenido que irse a vivir a otro sitio, debido a que la ciudadanía cree que sí participó en el terrible hecho.
Ariza señalo que es inocente y que precisamente fue dejado en libertad luego de haberse presentado ante la fiscalía, donde aclaró que nada tuvo que ver con el ataque sexual y muerte de Rosa Elvira.
Ariza admitió que resultó implicado en el terrible crimen por haber estado en “el momento equivocado, en el lugar equivocado y con la persona equivocada”.
Mauricio Ariza estableció que no era amigo de Javier Velasco, sino simple conocido, por el hecho de compartir día a día la misma aula en el Colegio Manuel Beltrán donde busca terminar su bachillerato.
Afirmó que por la misma circunstancia conocía a Rosa Elvira Cely, quien en varias oportunidades junto a Velasco participó en rumbas que hacían en grupo todos los del curso.
Dijo que a Velasco lo conocía desde año y medio atrás y lo veía todos los días en el colegio, salvo 6 meses que Velasco decidió ir a estudiar al Colegio Camilo Torres, después de los cuales volvió al Manuela Beltrán.
A Rosa Elvira dijo que la conoció 3 ó 4 meses atrás y que ella estuvo en 2 o 3 salidas a bailar con todo el grupo del aula.
Ariza señalo que la última vez que vio con vida a Rosa Elvira, precisamente junto a Javier Velasco, fue la noche del miércoles 30 de mayo.
Señalo que en esa ocasión salió del colegio y fue a una cafetería del frente y allí llegó Velasco quien le pidió que le gastara una cerveza. Poco después, llegó Rosa Elvira, y tras compartir un rato con ellos se despidió y se fue a su casa en su motocicleta, y luego retornó a pie a un pequeño bar en la misma zona de Chapinero, para tomarse una cerveza.
Añadió que Velasco y Rosa Elvira, llegaron detrás suyo poco después, pero se sentaron en una mesa aparte, solos, mientras él se ubicó en la barra y se tomo una cerveza con el dueño, a quien le pidió fiadas un chorizo y unas salchichas, luego de lo cual se fue a dormir.
“Esa fue la última vez que vía Rosa Elvira”, señalo. «Ellos se quedaron en el bar y yo me fuí. No fui al Parque Nacional ni a ninguna parte con ellos”, subrayó.
Tambien dijo que en el primer encuentro con Velasco hablaron de un trabajo que no habían entregado a la profesora de español y que en el segundo, no escuchó de qué hablaba la pareja, pues estaban retirados, en una mesa aparte.
Advirtió que vio a Velasco al día siguiente — jueves–, en el colegio, tranquilo, fresco, como en anteriores ocasiones y que nunca se imaginó que hubiese cometido semejante crimen.
Recordó que el viernes en la mañana viajó a Boyacá y a su regreso en la tarde se enteró de lo que le había sucedido a Rosa Elvira e incluso participó en una manifestación de protesta en el colegio.
Su drama comenzó cuando escuchó que en la radio hablaban de «un tal Mauricio» como cómplice del crimen y al comprobar que era de él, decidió ir a Paloquemao a presentarse a la fiscalía para aclarar su situación y «limpiar» su nombre.
Subrayó que como consecuencia de los medios periodisticos su vida tuvo «un cambio del cielo a la tierra», pues de un momento a otro resultó ser un asesino.
«Desde entonces, no he podido quedarme en mi casa», señaló al expresar que tiene temor de que alguien atente contra su vida por esos hechos.
Sobre Velasco, dijo que nunca se le vio un comportamiento extraño y que se caracterizó como buen estudiante, pues le iba muy bien en todas las materias.
Ariza recordó que una amiga suya, que trabaja en su misma empresa y que estudia en el colegio Manuel Beltrán, le contó que en una oportunidad Velasco la invitó a salir, y que ahora celebra no haberle aceptado.