El Gobierno de Alemania anunció el lunes que evalua la posibilidad de extender el plazo a Atenas para que cumpla sus metas fiscales y evite una catastrófica salida del euro. La decisión germana se da luego de la reñida victoria electoral de los partidos de Grecia que favorecen el rescate internacional del país.
Pero la tranquilidad se ve opacada a causa de las preocupaciones sobre los problemas no resueltos de Grecia, la falta de un plan para la zona euro y por la debilidad de la economía mundial.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, dijo que la sustancia del programa griego de austeridad y reformas económicas, acordado a cambio de un segundo rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), no era negociable, aunque los tiempos podrían ajustarse.
“Estamos dispuestos a hablar del calendario porque no podemos ignorar que se perdieron semanas y no queremos que la gente sufra por eso”, dijo Westerwelle en una entrevista con una radio.
Funcionarios dijeron que sus comentarios no reflejaban la posición oficial de Berlín, y un portavoz gubernamental dijo que ahora no era el momento de dar “un descuento” a Grecia.
No obstante, el viceministro de Finanzas Steffen Kampeter, más cercano a la canciller Angela Merkel, dijo a la televisión ARD: “Es claro para nosotros que Grecia no debería ser presionada excesivamente”.
El canciller austríaco Werner Faymann explicó que Grecia necesitaba tanto un curso sustentable de consolidación fiscal como un retorno al crecimiento económico después de cuatro años de una recesión muy grave.
“Las condiciones que fueron negociadas deben ser observadas pero también tenemos que dar espacio a los griegos para que respiren”, dijo Faymann en un comunicado.
“Por ejemplo, se debe asegurar que la gente tenga suficiente acceso a los medicamentos. La consolidación no se puede realizar sólo sobre las espaldas del pueblo”, agregó.
Estos indicios de mayor tolerancia deberían ayudar al líder conservador griego Antonis Samaras, cuyo partido Nueva Democracia venció por margen estrecho al movimiento izquierdista antiausteridad SYRIZA en las elecciones del domingo, en su intento por formar una coalición junto a los socialistas de Pasok.
Samaras enfrentará presión de los prestamistas europeos y del FMI para que empiece a aplicar seriamente un programa de reformas económicas acordado este año, que hasta ahora ha quedado en letra muerta.
Santa Fe con Reuters