Productos tradicionales como las telas rígidas, las lijas de agua y hasta las seguetas, han ido cediendo terreno en el mercado a soluciones de última tecnología que mejoran la productividad y calidad de los trabajos
Bogotá, junio de 2012. El buen momento que atraviesa el sector metalmecánico y el de la construcción, e industrias como la petrolera y la automotriz en Colombia, está acelerando la sustitución de herramientas tradicionales para el corte y lijado en talleres y todo tipo de espacios que requieran remodelación, incluso en los hogares colombianos.
Compañías de la talla de Saint–Gobain Abrasivos, a través de marcas reconocidas como Carborundum y Norton, están poniendo al alcance de los usuarios productos de la más avanzada tecnología y con precios accesibles a todos los presupuestos y necesidades. Gracias a esta tendencia que se viene imponiendo en el mercado nacional, los responsables de comprar los insumos que se emplean en las diferentes procesos de lijado y corte han ido reemplazando elementos tan tradicionales como las lijas de agua o las seguetas por productos de mayor tecnología y productividad.
En trabajos o aplicaciones sobre madera y latonería, e incluso en la construcción tradicional o drywall en los que historicamente se han usado abrasivos convencionales, se ha venido observando un cambio bastante interesante en cuanto a las herramientas y la forma de usarlas. Las lijas de agua, por ejemplo, han sido remplazadas hasta en un 30% en los últimos cinco años. En su lugar, se han empezado a popularizar nuevas tecnologías como las del lijado en seco, que aporta resultados superiores durante y después del proceso en trabajos industriales y también en hogares con beneficios claves para fabricantes y clientes finales: mejores acabados en las piezas, mayor rapidez en los procesos y mayor duración de los productos.
La tendencia también se demuestra en procesos tan importantes como el de corte de materiales metálicos. Las seguetas, uno de los productos más tradicionales en las ferreterías colombianas, han ido cediendo terreno en los últimos años frente a la tecnología implementada en los discos superfinos aplicados con pulidoras.
“Los discos superfinos ya son el 40% del mercado total de discos en Colombia y, de seguir la proyección actual, en tres o cuatro años su participación aumentará al menos a un 70%”, explica Óskar Carreño, gerente comercial para Colombia y Centroamérica de Saint–Gobain Abrasivos.
Según el vocero de la firma, uno de los principales jugadores en el sector de abrasivos y de soluciones industriales en todo el mundo, se trata de una tendencia que ya se ha impuesto en mercados más desarrollados en la región como Argentina, México y Brasil.
“En Colombia esa sustitución de productos tradicionales por nuevas tecnologías ha venido creciendo de manera importante en el último tiempo debido principalmente a dos razones: por un lado, el acelerado crecimiento del sector industrial hace que se requieran productos que ayuden a adelantar las diferentes fases de trabajo en forma más rápida, manteniendo o mejorando la calidad y requiriendo menor costo económico; y segundo lugar porque cada vez más las pequeñas y medianas empresas, los maestros de obra, el personal de talleres y los usuarios hobbistas pueden acceder a herramientas eléctricas que antes valían cuatro o cinco veces más, como es el caso de las pulidoras”, explica el ejecutivo de Saint–Gobain Abrasivos.
Los beneficios
Si bien la sustitución de productos se está haciendo de manera gradual y hoy compañías como Saint–GobainAbrasivos siguen abasteciendo el mercado con portafolios completos que incluyen líneas tradicionales, complementadas por las de última tecnología, ya son muchos los consumidores que prefieren los segundos, dejando a un lado la tradición, por los múltiples beneficios que los nuevos productos brindan.
Estas ventajas impactan en la productividad por cuanto ofrecen mayor optimización del tiempo de trabajo, menor consumo de energía, más calidad en el acabado de las piezas, más seguridad y menos reprocesos. Características que definitivamente se traducen en ahorros importantes cuando se calculan los gastos asociados a las horas de trabajo y la compra de materiales para así lograr un producto final de alta calidad que pueda competir en mercados nacionales y de exportación.
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