El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, finalizó su gira política por Reino Unido, Israel y Polonia con un escándalo protagonizado por uno de sus funcionarios, quien respondió con palabras obscenas a las preguntas que realizaron los periodistas.
Romney acababa de visitar la plaza Pilsudski en Varsovia, cuando los periodistas lo bombardeaban a preguntas por algunas de sus desafortunadas declaraciones durante la gira. El rival de Barack Obama decidió ignorarlas, pero su vocero no pudo contenerse, contó la cadena norteamericana CNN.
“Mitt Romney se tenía que haber quedado en casa”, resumió el conocido portal Politico. Y ningún periódico eludió la conclusión de que Romney consiguió confundir o enfadar a sus respectivos anfitriones, cuando no los ofendió directamente.
Romney quería destacar con el viaje su perfil en política extranjera, sin embargo, en Londres cuestionó las capacidades de la capital británica para realizar los Juegos Olímpicos.
En Israel causó después la indignación del mundo árabe cuando calificó a Jerusalén como “la capital de Israel”, pese a que se trata de algo no reconocido a nivel internacional. La propia embajada estadounidense está en Tel Aviv. Y por último se vio confrontado con acusaciones de racismo por sostener que la superioridad económica de Israel sobre los palestinos también tiene un trasfondo cultural. Sobre la ocupación de los territorios palestinos no dijo una palabra.
Radio Sana Fe con Agencias