Aura Rosa Duque, esposa de Óscar Atehortúa, el conductor que fue asesinado por desconocidos al sur de Bogotá, expresó su inconformismo con las declaraciones hechas por el coronel Mariano Botero, quien manifestó que el móvil del homicidio de su compañero fue una venganza.
“A mi esposo lo atracaron, en ningún momento fue una venganza. Él enemigos no tenía”, aclaró Aura Rosa, quien relató cómo durante más de 20 años su esposo se dedicó a trabajar de sol a sol, levantándose todas las mañanas a las 3 a.m. para alcanzar a llegar a su trabajo en Sistema Express.
“Toda la vida fue conductor. A veces llegaba a las 11 p.m. hasta que no entregaba su producido y entregaba su buseta”, comentó la esposa de Óscar Atehortúa.
Por eso, al conocer las declaraciones de la policía Aura no dudó en controvertirlas. “No estoy de acuerdo con la versión de la policía, que dice que fueron venganzas personales. Mi esposo era un hombre muy trabajador y muy responsable”, explicó.
Para ella es muy extraño que si se trató de una venganza, como indicaron las autoridades, no se encontrara en la escena del crimen ni en los bolsillos del conductor “un solo peso” del producido de este día.
“Yo lo acompañaba muchas veces en sus recorridos y hacíamos las cuentas, y siempre llevaba entre 300 mil y 400 mil pesos en su último viaje”, cuenta Aura.
Así mismo, reveló que a su esposo ya lo habían intentado hurtar en varias ocasiones, una de las cuales le dejó una herida de arma blanca en la mano.
Ante los micrófonos de Radio Santa Fe, el comandante operativo de la Policia Metropolitana, coronel Mariano Botero, indicó que en ningún momento los antisociales advirtieron que se trataba de un atraco y añadió que todo parece indicar que fue un ajuste de cuentas.
“No fue para robarlo, porque se subieron e inmediatamente le dispararon en la cabeza”, precisó el coronel Botero.
Según Aura, en Candelaria La Nueva, donde Óscar vivía con su esposa y sus tres hijos, “se presentan muchos asaltos a las busetas, como es una parte solitaria, los delincuentes aprovechan para atracar a los conductores, no solo a los de la empresa que pertenecía mi esposo”.
Ante el dolor y la pena, Aura hizo un llamado a los pasajeros que viajaban en la buseta de su esposo la noche que fue asesinado. “Yo sí quisiera que alguno llamara a la policía y contara la verdad de lo que pasó”.
Según ella, un conductor que auxilió a su cónyuge le comentó que la gente, al ver el incidente, “se asustó y salió corriendo”. Aura no los culpa, pero sí les pide que así sea desde el anonimato, se pronuncien sobre el hecho.
Óscar Atehortúa tenía 51 años, trabajaba 19 horas al día, de domingo a domingo, y era padre de tres hijos: una joven de 30 años, uno de 19 y otro de 14, quienes junto a su madre dependían económicamente de él.