El presidente Juan Manuel Santos, reveló que el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, conocía y apoyaba la iniciativa del Gobierno de adelantar diálogos preliminares con la guerrilla, es más, EEUU envió a emisarios para tratar el tema.

Santos señaló que “(Obama) estaba enterado hace muchos meses de estos acercamientos, siempre estuvo apoyándolos”, y agregó que “inclusive envió en varias ocasiones emisarios especiales a hablar conmigo sobre el particular”.

La revelación de Santos se da un día después de que anunciara formalmente se ha firmado un acuerdo macro, una hoja de ruta para terminar definitivamente el conflicto interno colombiano.

“Se establecieron las reglas de juego de un proceso serio, digno, realista y eficaz. Luego de estas conversaciones exploratorias, estamos ante una oportunidad real de terminar de manera definitiva el conflicto armado interno”, señaló el Mandatario.

El Presidente hizo énfasis en que este proceso de paz es diferente a otros intentados en el pasado porque el país ha cambiado y ya no hay cabida para la lucha armada en Colombia.

“Hoy podemos hablar de paz porque Colombia crece y se abre al mundo, nuestra economía es próspera, se está creando empleo en medio de la turbulencia internacional, porque millones de colombianos están saliendo de la pobreza. La lucha armada no tiene cabida”, agregó.

Santos señaló además que se trata de un acuerdo para terminar el conflicto, pero hay camino que se deberá recorrer para llegar a la paz. “Este acuerdo no es ya la paz, ni es un acuerdo final, es una hoja de ruta que define con precisión los términos de discusión para llegar a la paz”.

De acuerdo con el Mandatario, el acuerdo no incluye despejes de territorio, ni cese de operaciones militares. Y aclaró que si no hay avances en los próximos meses, “sencillamente no seguimos”.

Santos explicó que el proceso, que iniciará en Oslo a mediados de octubre, se compone de tres fases. La primera fue la de exploración, la cual concluyó con la firma del “Acuerdo Macro para la Terminación del Conflicto”.

La segunda fase comprenderá las sesiones de trabajo “reservadas y directas”, una discusión sin interrupciones y sin intermediarios, donde se expodrán los puntos acordados para llegar al acuerdo final, que terminaría formalmente con el conflicto. Y la tercera parte del proceso buscará la implementación de lo acordado.

El presidente Santos señaló que se está trabajando sobre la base de una agenda realista, que incluye cinco aspectos sobre los cuales se trabajará en conversaciones fuera de Colombia.

La negociación contempla tocar temas como el desarrolloi rural, que implica “dar mayor acceso a la tierra, llevar infraestructura a las regiones más apartadas y repartir de manera equitativa la prosperidad”.

Así mismo, brindar garantías para el ejecicio de la oposición política y la participación ciudadana. “Para que quienes disientan y protesten lo hagan sin temor y que se rompa el lazo con las armas”, agrego Santos. De otro lado, se planteó el fin del conflicto armado, la renuncia por parte de las Farc a las armas y la reintegracion de los guerrilleros a la vida civil.

También se buscan avances en la lucha contra el narcotráfico y el restablecimiento de los derechos de las víctimas del conflicto. “Nadie puede imaginar el fin del conflicto sin atender a las víctimas y satisfacer sus derechos es una obligación”.

Para el Gobierno, estos cinco aspectos constituyen una fórmula integral para la terminación efectiva del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.
“Hemos trabajado con seriedad y debo reconocer que las Farc también. Si las Farc abordan la siguiente fase con la misma seriedad, tenemos buenas perspectivas”, manifestó optimista el Presidente de la República.

Por último, destacó que las operaciones militares continuarán con la misma intensidad que se han venido desarrollando, y advirtió que “tampoco nos dejaremos amedrentar por extremistas o amedrentadores de cualquier sector”.

Por esta razón, le pidió a los colombianos “templanza, paciencia y fortaleza” ante eventuales ataques o el incremento de la violencia, “los cuales serán respondidos con toda la contundencia”, concluyó, sin antes agradecer a los gobiernos de Cuba y Noruega por su apoyo durante casi año y medio de gestiones, y a Venezuela y a Chile por ser garantes del proceso.