Nacional Opinión

LA VIDA NO VALE NADA

´´ Bonito León Guanajuato la feria con su jugada, ahí se apuesta la vida y se respeta al que gana, allá en mi León Guanajuato la vida no vale nada…´´, es el sonsonete estridente que sale de la radiola del cafetín del pueblo hace 50 años, y que es coreado, o mejor, gritado por los borrachitos de siempre en la madrugada de cualquier día en el sórdido refugio en el que entre luces rojas, tragos y coperas, ahogan sus penas y se imaginan un mañana de reivindicaciones laborales y amorosas.

Quienes en ese momento detestan tal mensaje de violencia y prefieren la música clásica, por considerar que sus celestiales acordes elevan a lo trascendente y alejan de sentimientos bajos y mundanos, hoy quieren recorrer del bazo del gran José Alfredo Jiménez su ´´ Camino de Guanajuato ´´.

Y no es para menos, pues, la inmortal ranchera, si bien menciona que en la ruta a León ´´ se apuesta la vida ´´, cosa repudiable desde todo punto de vista, por constituir una amenaza al más importante de los derechos, agrega con énfasis que allí ´´ se respeta al que gana ´´; y, aquí y ahora, parece que estamos en tierra de nadie, en la que no hay ni Dios ni ley, por lo que el respeto a quien gana, es de por sí una monumental lección de Ética, superior, por qué no, a las dejadas por Aristóteles.

Respeto, es la palabra de lo indispensable que debe reglar la vida en sociedad, pues, si resulta utópico cumplir los Mandamientos de la Ley de Dios, propios de santos, muy escasos por estos tiempos, es indispensable practicar la ética civil o de los mínimos para poder convivir en paz, expresión que no se circunscribe a una eventual desmovilización de la guerrilla, sino al desarme de los espíritus de quienes jamás hemos estado en el monte con un fusil en las manos; de quienes debemos propiciar la paz en el hogar, en el estudio, en el trabajo, en el deporte y en fin, en la vida diaria, porque para que haya paz, se requiere que hechos como el acceso canal violento y el homicidio agravado de tres menores de 6, 9 y 14 años de edad, ocurridos en zona rural de TAME, y por los cuales acaba de ser condenado a 60 años de prisión un subteniente retirado del ejército, no vuelvan a presentarse; y no porque aumente la vigilancia o se endurezcan las penas, sino porque se ablanden los corazones y crezca el sentimiento de respeto a la vida y a los derechos de los demás.

Tarea difícil cuando muchas personas son asesinadas por pitar al cambio de un semáforo, o por no pagar una suma de dinero, o por querer romper una relación sentimental, o por arrebatar un ´´ trapo ´´ de una barra brava, o por quitar una bandera política, o por invadir la ´´ jurisdicción ´´ de una pandilla, o por marcar un penal en un picadito de potrero, o por rajar a un estudiante en un examen, o por cualquier motivo, que para el caso, no es lo mismo que razón.

Para hacer un llamado a la solidaridad ciudadana que acabe con la indiferencia que nos agobia, conviene en este punto, recordar la letra de la canción de Pablo Milanés, que sirve de título a esta nota: ´´ La vida no vale nada cuando otros se están matando y yo sigo aquí sentado cual si no pasara nada. La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga. La vida no vale nada si ignoro que el asesino cogió por otro camino y prepara otra celada. La vida no vale nada si se sorprende a otro hermano cuando supe de antemano lo que se le preparaba ´´.