Más de 30 universidades en Irán empezaron a aplicar una serie de restricciones de carácter gubernamental, que prohíben la presencia de mujeres en casi 80 carreras, que incluyen desde ingeniería, física nuclear e informática hasta literatura inglesa, arqueología y negocios.
El ministro de Educación Superior, Kamran Daneshjoo, intentó restar importancia a la situación, al destacar el sólido historial iraní en el acceso de los jóvenes a la educación superior y decir que, pese a los cambios, el 90% de los cursos universitarios está abierto a hombres y mujeres.
Ante la medida, activistas encabezados por la premio Nobel Shriin Ebadi, señalan que se trata de una política deliberada de las autoridades para excluir a las mujeres de la educación.
“El gobierno iraní está usando diversas iniciativas… para restringir el acceso de las mujeres a la educación, para que dejen de ser activas en la sociedad y para que vuelvan al hogar”, dijo Ebadi.
Irán fue uno de los primeros países en el Medio Oriente que permitió que las mujeres estudiaran en la universidad y, desde la Revolución islámica en 1979, ha hecho grandes esfuerzos para alentarlas a matricularse en la educación superior.
La brecha entre el número de estudiantes de ambos sexos se redujo gradualmente. En el 2001, las mujeres superaron a los hombres por primera vez y ahora son más del 60% de la población estudiantil en general.
En los primeros días tras la Revolución islámica, las universidades eran uno de los pocos lugares donde los jóvenes iraníes podían juntarse con cierta libertad. Esto cambió gradualmente. Los centros de estudios superiores introdujeron medidas más estrictas, como las entradas separadas y hasta salas de conferencias y comedores para que los hombres no se mezclen con las mujeres.
Algunos iraníes dicen que ver tantas mujeres jóvenes al frente de las protestas del 2009 puso nerviosos a los líderes conservadores del país y que fue eso lo que provocó que tomaran medidas. “Los políticos tradicionales ahora ven a las mujeres educadas y poderosas como una amenaza”, dijo Saeed Moidfar, un exprofesor de sociología.
Santa Fe con agencias