La policía de Hong Kong ha detenido a seis miembros de la tripulación de dos barcos de pasajeros que, tras chocar esta madrugada, han dejado 37 muertos y un centenar de heridos.

Según anunció el ministro de Seguridad, «La policía ha arrestado a seis personas […]. Se las investigará por poner en peligro la vida de otros en el mar», ha dicho Lai Tung-kwok durante una rueda de prensa.

Según las primeras informaciones, un buque transportaba a los trabajadores de una empresa eléctrica local, a los que la propia compañía había invitado para presenciar los fuegos artificiales que iban a tener lugar en el famoso Muelle Victoria con motivo del Festival del Medio Otoño y el Día Nacional de China, que se conmemoró el lunes.

El barco colisionó con un ferry de pasajeros, que sufrió ligeros daños pero continuó la travesía hasta llegar a puerto sin detenerse a auxiliar al otro barco, que empezó a hundirse rápidamente. Según algunos medios locales, el capitán del ferry, perteneciente a la línea que enlaza la isla de Hong Kong con la zona continental de Kowloon, decidió no interrumpir la marcha por miedo a que su nave pudiera naufragar también.

Los sobrevivientes dijeron que tuvieron poco tiempo para ponerse los chalecos salvavidas antes de que el transbordador se inundara, atrapando a pasajeros.

«En cosa de 10 minutos, el barco se había hundido. Tuvimos que esperar por lo menos 20 minutos antes de que nos rescataran», contó un sobreviviente masculino, envuelto en una manta en la orilla.

Algunos sobrevivientes dijeron que las personas tuvieron que romper las ventanas para nadar a la superficie. «Pensamos que íbamos a morir. Todo el mundo estaba atrapado en el interior», recordó una mujer de mediana edad.

Hong Kong Electric, una unidad de Power Assets Holdings que es controlada por el hombre más rico de Asia, dijo que el barco tenía capacidad para albergar hasta 200 personas.

La tragedia es la peor que golpea a Hong Kong desde 1996, cuando más de 40 personas murieron en un incendio en un edificio comercial.

La otra nave, propiedad de Hong Kong and Kowloon Ferry Holdings, quedó muy dañada en el choque, pero logró llegar hasta el muelle de Lamma, una isla popular entre los turistas y expatriados ubicada a una media hora de viaje en barco desde Hong Kong.

Varios de sus aproximadamente 100 pasajeros y la tripulación fueron trasladados al hospital con heridas.

«Después del accidente, todo era caos y las personas lloraban. A continuación, el agua comenzó a filtrarse en el barco y comenzó a inclinarse hacia un lado y a la gente se le dijo que se ubicara en el otro lado y todo el mundo empezó a ponerse los chalecos salvavidas», dijo a los periodistas un pasajero que se encontraba en el ferry que llegó a Lamma.

Santa Fe con agencias