Farc deben de liberar niños reclutados a la fuerza, afirma Gilma Jiménez
La senadora Gilma Jiménez le pidió al gobierno nacional abocar como primer punto de la agenda de los diálogos de paz con las Farc en Oslo, Noruega, la liberación de los menores que el grupo guerrillero ha reclutado a la fuerza para la guerra.
La congresista reclamó que no solo se concrete la entrega de los menores de edad, sino por supuesto la suspensión inmediata del secuestro o “reclutamiento” de niños y niñas que -dice– en algunas regiones del país se continúa cometiendo, en medio del silencio y la indiferencia de la misma sociedad y de la institucionalidad.
En carta al jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle Lombana, la senadora Jiménez señala:
“La actitud silenciosa e indolente de gran parte de la sociedad y de las instituciones, ha sido tan infame como los hechos mismos de “reclutar” a los menores, quitándoles su derecho a ser niños, volviéndolos escudos humanos para enviarlos como avanzada en los enfrentamientos, obligados a matar o convertidos en esclavos sexuales y de todo tipo, al servicio de adultos bandidos y cobardes.
“Ni siquiera sabemos con exactitud cuántos niños y niñas han sido “reclutados” -es decir secuestrados- para la guerra y cuántos en este momento tiene la guerrilla. Entre otras porque en nuestro país los niños se desaparecen y ni siquiera nos damos cuenta, y para el caso que nos ocupa, porque los padres los entregan o no denuncian y si denuncian nadie los ayuda. Depende de la fuente las cifras cambian: el cálculo de algunos es que cerca de 20 mil menores han sido “reclutados”, Naciones Unidas reporta 345 casos y el ICBF señala que ha desvinculado a 4.910 en los últimos 13 años”.
Agrega que “en la Ley Marco para la Paz logramos que quedara como condición sine qua non para cualquier tratamiento penal especial para los alzados en armas (que es sin duda uno de los grandes temas, desafíos y aspiración de la guerrilla en este proceso), la devolución inmediata y pública de todos los menores que tengan en su poder los grupos al margen de la ley o terroristas, como los quieran llamar. Esta ley debe ser rigurosa en su aplicación, porque la libertad de los niños debe ser el primer paso para garantizar el éxito real del tan anhelado proceso de paz. Así, comenzaremos a reparar en algo y a pagar parte de la deuda que tenemos con ellos”.
Por esto considera que la liberación de los menores “es un imperativo legal pero ante todo moral y ético dentro de este proceso”, y añadie:
“Los niños y sus derechos son asuntos no negociables, ni con la guerrilla ni con nadie”.
En su carta, la congresista advierte también que “no solo sería ilegal e ilegítimo el proceso, sino inmoral si los niños no son desvinculados de manera inmediata de la infamia del secuestro-reclutamiento. No importan las circunstancias y la identidad de quien cometa algún delito contra un niño, lo que debe quedar en claro para todos, es que el que se meta con un niño es un hampón de la peor calaña y que su crimen deberá ser severamente castigado”, precisa Gilma Jiménez.
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