Atribuyen a la banda de “los tierreros” asesinato de dirigente comunal de Los Molinos
El crimen del reconocido dirigente comunal del suroriente de la capital de la república, Eduardo Patiño Sáenz, ocurrido el pasado fin de semana, fue atribuido a la banda de urbanizadores piratas conocida como “los tierreros”.
Según la familia, el líder comunal se encontraba amenazado a raíz de la campaña que venía librando en defensa de cientos de familias que perdieron sus viviendas construidas en terrenos de la hacienda Los Molinos, ubicados en inmediaciones del barrio Marruecos, en la Localidad Rafael Uribe Uribe.
Quince días atrás Jeimmy Patiño, hija del dirigente comunal salió herida en un atentado por la misma causa.
En diálogo con Radio Santa Fe, Jeimmy Patiño responsabilizó del atentado que sufrió, lo mismo que del crimen de su padre a la banda de “los tierreros”, promotores de estas y otras urbanizaciones piratas en el sur de la capital de la república.
Jeimmy Patiño dijo que pese a que se había advertido a las autoridades Distritales y a los organismos de seguridad como la Dijin y la Sijin, sobre las persistentes amenazas de muerte contra su núcleo familiar, nunca se tomaron las respectivas medidas de protección.
Narró que su progenitor, Eduardo Patiño Sáenz salió el viernes por la noche de su casa y a las 7 de la mañana del día siguiente se encontró su cadáver en las cercanías.
Sobre los terrenos de la hacienda Los Molinos, se levantó un barrio que se denominó “Bosques de los Molinos”, integrado por 160 familias, que compraron los lotes de 11 metros por 5 a integrantes de la banda de “los tierreros”.
Los autenticos dueños lograron recuperar los terrenos y por vía judicial se ordeno la demolición de las construcciones.
De las 160 viviendas construidas, quedaron en pie 33, luego que la Corte Constitucional ordenara la suspensión del procedimiento por acciones de tutela promovidas por el lider comunal Eduardo Patiño Sáenz.
La banda de “los tierreros” vendió los lotes, a precios que oscilaron entre 3 y 12 millones de pesos.Con planos y maquetas, atrajeron la atención de los compradores, a quienes entregaban una falsa promesa de compra venta que hacían parecer legal mediante un proceso de autenticación de firmas en la Notaría 53 de Bogotá.
Uno de los cerebros de la estafa fue identificado como Félix Bermudez Roldán, quien logró falsear las escrituras de propiedad del predio, con la ayuda de cómplices entre los que hay arquitectos, abogados, notarios y hasta funcionarios del distrito.
El sujeto fue capturado y procesado, pero fue dejado en libertad por ser un delito que no se paga con cárcel.
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