Pese a que el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón aseguró que el paro armado de las Farc en el Chocó es un paro de papel, la situación de parálisis del transporte terrestre y fluvial en ese departamento comienza a provocar graves consecuencias para la economía regional.

Pese a que el Ejército y la Policia desplegaron operativos extraordinarios en las carreteras, que incluyen sobrevuelo permanente de helicópteros, los conductores de buses y tractomulas se han negado a prestar el servicio de pasajeros y de carga por temor a las represalias de la guerrilla.

Las empresas Rápido Ochoa y la Flota Occidental mantienen suspendidos los despachos de buses desde Medellín y Pereira hacia municipios chocoanos como Quibdó, Condoto e Istmina.

«No hay viajes hasta nueva orden, ni de aquí para Chocó ni desde allá para acá», señalaron los vendedores de tiquetes en las terminales de transporte.

En las últimas horas se informó que la guerrilla de las Farc incineró una buseta, cuyo conductor trató de restablecer el servicio de transporte de pasajeros entre la ciudad de Pereira y Quibdó.

En la central de abastos de la ciudad de Medellín se encuentran bloqueadas 120 mil toneladas de alimentos con destino al territorio chocoano.

Otra cantidad similar se reporta en la ciudad de Pereira, pues los camioneros se han negado a movilizarse hacia el Chocó por temor a las amenazas de las Farc.

No obstante, el ministro Juan Carlos Pinzón, pidió a los habitantes de Chocó no hacerle el juego a lo que llamó “un paro de papel de las FARC”.

«Uno lamenta que haya personas que terminen jugándole a un paro de papel que termina armando un grupo terrorista», aseguró el ministro de Defensa.