El cáncer de estómago, una enfermedad en la que crecen y se propagan células malignas sobre la pared estomacal, y que normalmente no presenta síntomas durante la primera etapa de la enfermedad, puede ser detectado a tiempo con solo un examen.

Cuando se padece la enfermedad, la persona puede comenzar a experimentar, entre otros síntomas, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, hinchazón del estómago después de las comidas, pérdida del apetito, pérdida de peso y mal aliento.

La endoscopia es ese mecanismo a través del cual puede prevenirse, en el momento indicado, el desarrollo de esta enfermedad causada, entre otras razones, por una gastritis atrófica –padecimiento lo que termina disminuyendo o desapareciendo las células normales del estómago-, una inadecuada alimentación, el consumo desmedido de cigarrillo y alcohol o la infección que se desarrolla tras la aparición de la bacteria Helicobacter pylori.

Aunque cualquier persona está expuesta a sufrir de un cáncer gástrico, las personas mayores de 50 años son más propensas a la enfermedad, especialmente los hombres.

En Bogotá, una de cada 325 personas sanas padece cáncer gástrico.