La Crónica Radio Santa Fé

Hemos perdido la perseverancia, la templanza y los valores espirituales: Padre Marino

Hay un gran hombre muy desconocido: San Odón. Resulta que este hombre se destacó porque insistió en el silencio, en la abstinencia, y en la alta observancia de la regla.

Evangelio San Lucas capítulo 18

“En aquel tiempo cuando se sentaba Jesús en Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello y le explicaron: pasa Jesús Nazareno, entonces grito ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!.

Los que iban delante lo regañaban para que se callara pero él gritaba más fuerte: ¡hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se paró y mandó que se lo trajeran, cuando lo tuvo cerca le preguntó: ¿qué quieres que haga por ti?, y dijo: Señor, que vea otra vez.

Jesús le contestó: recobra la vista, tu fe te ha curado. Enseguida recobró la vista y todo el público, al ver esto, alababa a Dios.

Cuál es el mensaje. Primero, el ciego grita: ¡Jesús, ten compasión de mi! Yo siempre he dicho que es el sonido del pueblo, del hombre, del enfermo, de la viuda, del huérfano, del hombre común y corriente de la vida, ese grito, ese gemido que sale de lo más profundo del corazón, de su existencia; es un gemido del sufrimiento humano, del dolor humano. Jesús, ten piedad de mi, ten compasión de mi es un oración perseverante.

Hoy hemos perdido la perseverancia, falta de disciplina, templanza y valores espirituales. Hoy vemos como todos nosotros no queremos seguir los procesos de la vida, cortamos los procesos y ahí viene el desorden de la vida.

Por eso nos invita el Señor: ¿qué quieres que haga por ti? Aquí encontramos la libertad sabiendo que es una persona ciega y le pregunta ¿qué quieres que haga por ti? Es el respeto a la persona humana, nosotros somos indisciplinados.

No sabemos ni siquiera vivir el sufrimiento del otro, maltratamos, ofendemos y herimos, y Jesús nos enseña el respeto de la persona humana. ¿Qué quieres que haga por ti? Ahí juega la libertad y busca que el hombre pida desde lo más profundo de su sufrimiento.

Ayudémonos mutuamente y perdonémonos para seguir caminando bajo la mirada del Señor, y la bendición de Dios todo poderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Los comentarios están cerrados.