Las muertes y las lesiones relacionadas con los accidentes de tránsito son, a nivel mundial, una de las causas principales de morbimortalidad. La OMS evidencia cómo cada año se pierden 1,3 millones de vidas, entre 20 y 50 millones de personas, destacándose los adultos mayores, quienes sufren traumatismos no mortales por estos accidentes.
En Colombia, la cronología de la accidentalidad vial en la población mayor de 60 años es una realidad presente y creciente que requiere cada vez más la atención permanente por parte del Estado y de la sociedad en general. Entre enero y septiembre del año 2011, el Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses registró 2.937 casos en los que las personas mayores de 60 años resultaron involucradas en hechos accidentales de tránsito. De ellos, 747 desencadenaron en la muerte de la persona y 2.190 presentaron lesiones.
Durante este mismo periodo del año 2012, Medicina Legal reportó 3.087 casos de accidentes de tránsito en la población mayor de 60 años, 720 de ellos causaron la muerte de la persona y 2.367 generaron en ella diversas lesiones. De esta manera, las cifras muestran que la accidentalidad vial en esta población aumentó en el periodo comprendido entre 2011 y 2012 en un 5,1%, lo suficiente para analizar qué sucede en el país con esta problemática.
Los departamentos en los que aumentaron los índices de accidentes de tránsito en personas mayores son: Cauca (55,4%); Quindío (40%); Bogotá (34%) y Atlántico (27%). (Ver anexo N°1. Cifras por Departamento).
Lina María González, médica psiquiatra con trabajo en adulto mayor y consultora del tema para la Fundación Saldarriaga Concha, considera que el aumento en la accidentalidad vial podría darse, “Por aquellos factores humanos de primera línea, entre ellos el exceso de velocidad, la conducción bajos los efectos de alcohol, el no uso de medidas de prevención como cinturones de seguridad, entre otros”.
González agrega que son importantes “Las acciones preventivas no solo educativas sino también de infraestructura y de vías amigables para las personas mayores, lo que incluye puentes peatonales de fácil acceso para esta población, semáforos peatonales temporizados, acompañantes o personal de apoyo para estas personas, es decir, entornos saludables para ellos y ellas los cuales disminuyan los riesgos de accidentalidad vial y accidentalidad en general”.
Entre tanto, Soraya Montoya, Directora Ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha considera que es necesario que en las ciudades se realicen permanentemente campañas y programas de formación ciudadana para que de esta manera los conductores respeten, tengan precaución con las personas mayores que transitan como peatones y que hacen uso del servicio de transporte. De igual manera, “Debe haber una formación hacia los peatones mayores para que tomen las precauciones necesarias al circular por el espacio público y tengan en cuenta las señales de tránsito”, afirma.
