Bogotá

No mas estratos de vivienda: ONU Habitat


Eduardo López Moreno, director del Observatorio Urbano Global, ONU Hábitat, con sede en Nairobi, la apuesta del alcalde Gustavo Petro de una ‘Bogotá del siglo XXI’, densificada y con mezcla de usos de suelo residenciales y comerciales.

Este arquitecto, doctorado en geografía urbana en la Universidad de París.

¿Qué hacer para lograr esa Bogotá soñada?

Se debe regresar a una ciudad con densidades altas, en ciertas partes de Bogotá; hacer una revisión de usos de suelo y también, una revisión estructural de las formas de movilidad. Bogotá (y cualquier ciudad del país) debe repensarse; no se puede seguir viviendo por estratos, eso no es del siglo XXI. No puedes decir este barrio es del estrato 3 y el otro del 5. Eso parece sacado de un libro de Aldous Huxley, que muestra ciudades divididas y controladas. El Distrito tiene una tarea fundamental: crear puentes entre los estratos y no separarlos.

¿Por qué apostarles a las ciudades compactas?

Las ciudades latinoamericanas, en promedio, se expandieron tres veces más de lo que necesitaban. En parte por la especulación inmobiliaria, pues es un negocio fantástico. Entonces las ciudades empiezan a desparramarse, a expandirse. Cuando esto pasa cuesta más llevar la infraestructura; las soluciones de movilidad, en ciertos puntos, ya no funcionan, pues es muy caro llevar transporte público, y no se genera empleo. El Banco Mundial hizo un estudio que demuestra que densidades residenciales, bien manejadas, con buen transporte e infraestructura, generan densidades económicas. Y de las densidades residenciales y las económicas resulta el concepto de la densidad sustentable, pues la ciudad empieza a generar posibilidades de empleo. Cuando tienes bajas densidades hay tendencia a dividir los grupos sociales.

¿Y la calidad de vida?

Las altas densidades son una apuesta, contrario a lo que se cree, de calidad de vida. El equipamiento y los servicios cuestan menos y generan más. Bien manejados, los usos mixtos le dan valor al suelo, generan ventajas de proximidad: puedo caminar, comprar y trabajar cerca del hogar; eso hace que la ciudad sea más amigable. Ahora bien, es una falacia pensar que cualquier ciudad se va a convertir, de repente, en una ciudad con alta densidad, porque si ya crecieron tres veces más que sus necesidades (con la expansión), lo único que se puede esperar es que haya altas densidades selectivas.

¿Hay resistencia frente a este tipo de cambio?

Claro, por eso hay que buscar dónde se densifica. Y fíjate que uno de los grandes fracasos de estos proyectos es que se cree que es una apuesta técnica, y en el fondo es una defensa política; hay que convencer, hay que tener legitimidad como gobernante y tener capacidad de vender un nuevo proyecto de ciudad. Un proyecto, como dice el alcalde Petro, del siglo XXI.

¿Qué les diría a los ciudadanos preocupados?

Contrariamente a lo que se piensa, las grandes ciudades con altas densidades tienen mucha más seguridad. En ciudades con bajas densidades se genera desempleo e informalidad. Bien planeada, la densidad genera empleo, no solo a ti sino a los otros ¿Por qué quieres desplazarte una hora al lugar de empleo y no pensar que la calidad de vida empieza en desplazamientos cortos, en ciudades ‘caminables’?

¿Cuál es su recomendación al gobierno de Petro?

Le diría que trabaje con ONU Hábitat; lo digo en serio, porque tenemos años de experiencia en proyectos de densificación de ciudades, en proyectos estratégicos, de acupuntura muy fina para ver cómo se desarrollan, cómo se montan, quién paga. Y otra cosa muy importante: las grandes densidades tienen ventajas financieras para la municipalidad, algo que hoy casi no se aprovecha. Las plusvalías por el cambio del valor suelo. Sería fantástico apoyar a Bogotá con nuestra experiencia y buenas prácticas, pues se elimina la posibilidad de fallo en este plan que cambiaría el rumbo de la ciudad.

http://www.onuhabitat.org/

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