La Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático arrancó en Doha con la participación de unas 17 mil personas y con el objetivo de evaluar los progresos de los distintos países en la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero.
La conferencia, que se prolongará hasta el 7 de diciembre fue inaugurada por la presidenta de la cumbre anterior y ministra de Asuntos Exteriores sudafricana, Maite Nkoana-Mashabane, en el Centro Nacional de Convenciones de la capital catarí.
Nkoana-Mashabane pasó el testigo al director de la Autoridad Administrativa de Control y Transparencia de Qatar, Abdulá bin Hamad al Atiya, que asumió el cargo de presidente de la XVIII Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP18/CMP8).
En su discurso, la ministra sudafricana hizo hincapié en la necesidad de “caminar hacia delante con la perspectiva de 2020 y conseguir fondos para luchar contra el cambio climático”.
Insistió en que Doha ofrece una oportunidad única para “hacer historia” y abrir un nuevo capítulo de cara a 2020.
Por su parte, Al Atiya señaló que la cumbre de Qatar representa un desafío adicional, ya que marca el final del primer periodo de compromiso del Protocolo de Kioto.
Y se mostró “dispuesto a seguir escuchando lo que sea necesario para afrontar el desafío común de la humanidad y hacer lo posible para asegurar un futuro mejor” para la generación actual y las venideras.
Al Atiya añadió que esta conferencia es “una oportunidad de oro” y apostó por la transparencia, la participación y el fortalecimiento del papel de las partes como principios básicos para la negociación.
Antes de continuar con las intervenciones de los delegados de los 194 países participantes, intervino, además, la secretaria general de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Christiana Figueres.
Figueres destacó que esta cita servirá para marcar el final de primer período de compromiso de Kioto, lo que, agregó, llama a una “urgente respuesta al cambio climático”.
Santa Fe con agencias