Venezuela salió eximida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el juicio que se le siguió por el asesinato del activista de Derechos Humanos, Joe Castillo, lo que se convierte en el primer triunfo en ese tribunal internacional.
El homicidio ocurrió en Venezuela, el 27 de agosto de 2003, cuando dos hombres lo atacaron a balazos. En los hechos resultaró herida su esposa Yelitze Moreno y un hijo menor de edad, dice la sentencia.
Por estos hechos, el Estado había sido acusado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo al que acudieron los familiares de la víctima, quienes aludían que este acto estaba impune nueve años después.
La Corte “consideró que el Estado no violó los derechos a la vida, a la integridad personal y del niño, en relación la obligación general de respetar los derechos”, explicó el tribunal de San José (Costa Rica).
La Corte Interamericana argumentó que pese a que en el estado Zulia, donde ocurrieron los hechos, se mezclan la violencia con la inseguridad, no puede concluirse que los mismos hayan constituido una situación o práctica generalizada ni sistemática.
Por lo tanto, juzgó innecesario analizar si existía o no un deber reforzado de prevención a cargo del Estado respecto de los hechos que originaron este caso.
El dictamen, el primero favorable al Estado venezolano, se produce meses después de que el Gobierno del presidente Hugo Chávez iniciara los trámites para retirar al país de la jurisdicción del organismo.