El cabo de 12 meses de investigación conjunta entre la Policía Nacional, las autoridades de República Dominicana y agencias de Panamá, en desarrollo de la Operación “Caletas”, ambas fuerzas policiales lograron la desarticulación de una poderosa red dedicada al narcotráfico y al lavado de activos, mediante una triangulación que incluía contactos en Colombia y Venezuela para la consumación del ilícito.
Se trata de una organización conformada por 26 personas, capturadas durante procedimientos efectuados en 14 lugares y cuatro provincias de República Dominicana, entre ellas la capital Santo Domingo, donde además del arresto de los delincuentes, se logró la incautación de un millón 300 mil dólares, 24 mil euros, varias armas de fuego y 22 vehículos de alta gama, algunos de los cuales fueron modificados para el acondicionamiento de caletas que les permitieran el traslado de dineros y droga.
Dentro del grupo de capturados (que incluye holandeses, venezolanos y dominicanos), figuran siete ciudadanos de nacionalidad colombiana, entre ellos los dos cabecillas principales de la estructura, identificados como Huber Oswaldo Buitrago Ruiz y su medio hermano Ángel María Buitrago Vacca, ambos con pasaporte venezolano. El grupo de nacionales lo completan Diego María Guzmán, Pedro de Jesús, Carolina Barbosa, Ginaliz Quintero Flórez y Carolina Velásquez Mora.
La organización, depositaria de grandes cargamentos de cocaína para los carteles mexicanos, mediante recibos de “mercancía” que eran almacenados en el sur de República Dominicana, llegó a manejar al menos 70 millones de dólares durante los primeros nueve meses de este año, de los cuales enviaban entre 2 millones y medio y 12 millones y medio de dólares mensuales a Colombia, Panamá y Venezuela para el blanqueo de capitales, mediante la adquisición de numerosas propiedades, incluyendo fincas de recreo y apartamentos de lujo.
La estructura desmantelada por la Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional y las autoridades centroamericanas, hacía los envíos de dinero y el traslado de la cocaína recibida en puerto a través de dos modalidades: la compra y acondicionamiento de maletas con compartimientos ocultos, y la administración de toda una flotilla de vehículos con múltiples modificaciones para esconder los alijos.
Ahora los esfuerzos se concentran en la búsqueda y localización del venezolano Joel José Villalobos Zambrano, identificado como el tercero al mando en esta red, la cual también se caracterizaba por marcar los paquetes de clorhidrato de cocaína con la imagen de un cisne.