Luego del fracaso de la concertación en la Comisión Tripartita, en manos del Gobierno quedó la fijación del aumento del salario mínimo para 2013, por lo que se espera que por decreto el sueldo para el próximo año aumente entre 4% y 4,2%.
Ante la falta de un acuerdo entre los empleadores y los trabajadores, además de la falta de unificación de posiciones por parte de las centrales obreras, el tire y afloje que duró dos semanas se vino abajo este jueves, ahora será el Ejecutivo el que deba tomar una decisión a una semana de que se acabe el 2012.
El presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, señaló que durante la mesa de concertaciones la posición de los gremios empresariales “fue profundamente egoísta, pues significaba aumentar 19.835 pesos a los actuales 566.700 pesos”.
El vicepresidente, Angelino Garzón prendió la polémica cuando aseguró que el aumento propuesto por los empresarios era “miserable” y que constituía un “insulto a la clase trabajadora”.
Por su parte, el Ministro de Trabajo Rafael Pardo se lavo las manos al asegurar que “El papel que le asigna la ley al Gobierno en la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales es el de facilitar los espacios, sin tomar partido ni profundizar diferencias entre los representantes de los empleadores y de los trabajadores”.
El presidente del Consejo Gremial y de la SAC, Rafael Mejía, defendió la propuesta empresarial y aseguró que esta es acorde a las cifras de inflación del 2012, del 2,77 por ciento.
El dirigente aconsejó al Gobierno que el aumento sea del 3,5% y advirtió que “si el aumento es mayor será responsable por la decisión que tome”.
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