Aunque Medicina Legal concluyó que la muerte del patrullero fue accidental, al caer a un abismo el mismo día en que se alertó sobre su desaparición en el barrio Villa Nidia, de la localidad de Usaquén, expertos como Máximo Duque, quien fue director de ese mismo organismo forense, advirtieron que en el caso del policía podría repetirse el caso del estudiante Luis Andrés Colmenares.
Precisamente fue Máximo Duque quien realizó una segunda necropsia al cadáver de Colmenares y desvirtuó el informe de Medicina Legal que atribuyó su deceso a un accidente, más concretamente a su presunta caída en el caño del Parque El Virrey al norte de la capital.
“Hay que tener muchos datos antes de concluir si es una muerte natural, accidental, suicidio u homicidio”, advirtió Duque frente al caso del patrullero Díaz Vergara.
Duque llamó la atención sobre varios interrogantes que dejó en el aire el informe de Medicina Legal, uno de ellos, alrededor de estado de descomposición del cadáver.
Según el dictamen forense, el cuerpo se encontró bien conservado, hecho que atribuyó a la baja temperatura y a la humedad predominantes en los cerros orientales de la capital.
Sin embargo, Duque señaló que tras 9 días a la intemperie, el cuerpo debía tener un mayor grado de descomposición y además, haber sido afectado por los carroñeros, como buitres, ratas y perros.
Dijo que el agua puede ayudar a conservar un cuerpo, porque forma sobre él una especie de grasa, pero para ello cadáver del patrullero debió estar sumergido.
A propósito de este hecho, el subcomandante Operativo del Cuerpo de Bomberos de Bogotá, teniente Mauricio Ayala, advirtió que habitualmente un cuerpo dentro del agua se hincha y flota, pero esto no ocurrió en el caso del patrullero.
El papá del policía, Jairo Antonio Díaz, reiteró su convicción de que a su hijo lo mataron, pues advirtió que lo encontraron 9 días después y el cuerpo estaba intacto, hecho que estuvo retenido, lo mataron a golpes y luego lo botaron a la quebrada.
La Fiscalía General de la Nación confirmó que a través de la Unidad Nacional contra la Desaparición y el Desplazamiento Forzado, abrió investigación penal por la muerte del patrullero de la Policía Metropolitana de Bogotá Jairo Alberto Díaz Vergara, que duró nueve días desaparecido.
El cadáver de Vergara apareció hacia las 5:30 de la tarde del lunes 4 de febrero en el lecho de la quebrada “La Arauquita” que baja por el barrio Villa Nidia, en donde precisamente se le vió por última vez el 27 de enero.
Según la Fiscalía General de la Nación, la fiscal delegada del caso estudiará los elementos materiales probatorios, entre los que se encuentra el informe de necropsia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y las seis heridas que tiene el cadáver, que al parecer corresponderían a golpes con objetos contundentes, como las rocas del lugar en el que apareció el cuerpo.
Asimismo, se realizará un análisis a las prendas, joyas y armamento, tras los nueve días de exposición a la acción del medio ambiente, en el lapso que duró perdido el cadáver del policía.
La Fiscalía ordenó la práctica de entrevistas a los uniformados que estaban de turno el día de los hechos al igual que escuchará las declaraciones de los habitantes del sector.
Comments are closed.