Se trata de 193 bienes avaluados en 50 mil millones de pesos, propiedad de los extraditados narcotraficantes Diego Rodolfo y Jacinto Enrique Báez Báez.
Los operativos adelantados por unidades del CTI de la Fiscalía, ocuparon con fines de extinción de dominio 46 locales del Centro Comercial Llano Centro y el hotel del mismo nombre; que hacen parce de la Sociedad Constructora Llano Centro; ubicados en Villavicencio (Meta).
Según investigaciones de la Fiscalía, la citada sociedad fue creada por familiares y testaferros de Jacinto Enrique Báez Báez, y los estudios contables determinaron la falta de capacidad económica de estas personas para adquirir y construir tanto el centro comercial como el hotel.
La modalidad de estos traficantes para ocultar el origen ilícito de sus bienes, era registrar los mismos con folio de matrícula independiente, para después constituir patrimonios autónomos que serían administrados por fiduciarias. Al hacer esto, los bienes aparecen de titularidad del patrimonio autónomo y no del real propietario.
Como las fiduciarias son entidades vigiladas por las superintendencias, entonces de esta manera no resulta sospechoso para la autoridades.
Los hermanos Báez fueron capturados y extraditados a Estados Unidos en 2011 después ser solicitados por una Corte Federal de Tampa (Florida), tras haber ingresado 10 toneladas de cocaína a ese país.
Diego Rodolfo y Jacinto Enrique Báez Báez consolidaron para el año 2000, una sociedad con el desmovilizado paramilitar Éder Pedraza Peña, alias Ramón Mojana, para el envío de clorhidrato de cocaína a Estados Unidos.
Asimismo, se aliaron con Arnulfo Sánchez González, alias Pablo, quien fue cabecilla de la banda criminal Alta Guajira, cuyo eje de operaciones era ese departamento, desde donde dominaban el envío de estupefacientes hacia Centro América, a países como Honduras y México con destino final a Norte América.
Para lavar el dinero, también se determinó que Los Hermanos Báez se hicieron a propiedades y locales en los San Andresito de Bogotá, donde crearon un emporio que usaron como centro de operaciones para delinquir; por eso fueron llamados ‘Los duros de San Andresito’.