Luego una visita humanitaria a la Cárcel de Ternera en Cartagena, el pasado 24 de mayo, el Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora Gómez, pudo evidenciar las pésimas condiciones higiénicas y sanitarias en el procesamiento y suministros de alimentos para los reclusos.
Luego de recibir las quejas de los internos, Otálora Gómez le solicitó a la Contralora General de la República, Sandra Morelli, la revisión del contrato de alimentación de dicho establecimiento penitenciario y carcelario debido al elevado número de quejas de los reclusos recogidas durante la visita de inspección.
Tras esta solicitud, la Contraloría General de la República estableció un presunto detrimento patrimonial de $128 millones por irregularidades en la ejecución del contrato de suministro de alimentos para los internos de la cárcel de Ternera, de Cartagena, exactamente por ración facturada y no suministrada.
Según el informe de la Defensoría, en la cárcel se reportaron “serias deficiencias en la calidad de los alimentos, el valor nutricional, su estado de conservación y almacenamiento, lo que se traduce en la entrega de alimentos en condiciones contrarias a las recomendaciones nutricionales de las autoridades sanitarias, lo cual constituye una atentado a la dignidad humana”.
La Contraloría Delegada para la Participación Ciudadana verificó que el Centro Penitenciario y Carcelario de Ternera no cuenta con unas instalaciones con capacidad adecuada para la elaboración de los alimentos de la población carcelaria, teniendo en cuenta que su capacidad es para 1.000 internos y en la actualidad se encuentran alrededor de 2.200 internos. Además no reúne las condiciones mínimas higiénicas y sanitarias requeridas en el mismo Contrato 031 de 2011 adjudicado a la Unión Temporal Alianza para el Futuro, que presta sus servicios a 16 centros penitenciarios a nivel nacional.
Otálora Gómez, consideró positivo el resultado de la investigación que exigirá a la entidad encargada de la alimentación de varias cárceles en el país, porque obligará a dicha Unión Temporal mejorar y optimizar las raciones de alimentos de los reclusos así como las condiciones en las que son preparadas.
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