–La justicia española determinó imputar cargos a Francisco José Garzón Amo, maquinista del tren Alva que se descarriló la víspera en Santiago, como presunto responsable de la tragedia que deja hasta ahora 80 muertos y 130 heridos, de ellos cerca de 25 en estado crítico, incluidos 5 niños.

El juez de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela ordenó a la Policía Judicial tomarle declaración a Garzón Amo, que sufrió heridas leves, como imputado en el proceso abierto por el pavoroso accidente, el segundo más grave en toda la historia ferroviaria de España, por lo cual el gobierno decretó tres días de duelo.

La tragedia se produjo debido a que el tren tomó una curva aproximadamente a 190 kilómetros por hora, cuando la máxima en ese punto era de 80 kilómetros por hora.

Según los medios locales, el maquinista se ufanaba siempre de ser uno de los conductores más veloces del sistema y precisamente publicó en marzo de 2012 una foto en su cuenta de Facebook en la que presumía de haber alcanzado los 200 kilómetros por hora.

En la foto puede apreciarse el velocímetro cuando marca precisamente los 200 kilómetros por hora y en los comentarios que acompañan la instantánea, el propio Garzón Amo confirma la velocidad y advierte que «el velocímetro no está trucado».

«Estoy en el límite, no puedo correr más, si no me multan», expresa.

Uno de sus contactos le advierte entonces: «Como te pille la Guardia Civil te quedas sin puntos jeje…».

A ello, el maquinista responde

«Qué gozada sería ir en paralelo con la Guardia Civil y pasarles haciendo saltar el radar jeje. Menuda multa para Renfe jeje…».

Fuentes de la investigación revelaron que el maquinista del tren comunicó por radio que iba a 190 kilómetros por hora, una velocidad mucho mayor de la que indicaba la curva, que era de 80 kilómetros.

En una de las conversaciones telefónicas mantenidas tras la tragedia, el maquinista expresó: «Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer».

También en una conversación con el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, el conductor admitió que en el momento del accidente el tren iba a 190 kilómetros por hora.

El gobierno español decretó tres días de duelo por la tragedia.