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Los Arupos florecidos, hermoso espectáculo en Quito

arupos
QUITO. Las calles y avenidas de Quito tienen desde hace unas dos semanas una nueva cara. En muchas de ellas aparecen con sus hermosas flores color violeta los Arupos, un árbol nativo de Ecuador y el norte de Perú.

Su nombre científico es Chionanthus Pubescens Kunth, pero en todo Ecuador se le conoce simplemente como Arupo, nombre que nadie sabe quién se lo puso y qué significa. La sabiduría de Google tampoco aporta mucha información.

Pero no importa. Lo interesante es que muchas de las calles y avenidas de Quito, ciudad de algo más de dos millones de habitantes, se ven hermosas con muchos de estos árboles con sus flores rojas, rosadas o blancas.

Carolina Jijón, directora del Jardín Botánico de Quito, en donde hay varios Arupos, lo considera un árbol ornamental que en época de verano (en los meses de julio y agosto) pierden las hojas y brotan las flores de las que emana un suave olor.

“Se parecen a los azucarados copos de algodón rosado que se venden a los niños en los parques de diversión”, dijo una turista española que tomaba entusiasmada fotografías de Arupos en el extenso parque de La Carolina, al norte de Quito.

“Es el árbol más lindo del Ecuador, razón por la cual se ha propuesto declararlo el Árbol Nacional”, declaró Carolina Jijón al diario La Hora de Quito que el domingo pasado publicó un bello reportaje gráfico de los Arupos.

En el parque de la Independencia, también conocido como de Los Héroes, frente al Palacio de Carondelet, sede del gobierno del presidente socialista Rafael Correa, hay varios Arupos florecidos que se ven hermosos y acogedores.

Ciertamente, su belleza hace que los turistas que por montones recorren las calles, parques y plazas de Quito, llenen sus cámaras y filmadoras con los Arupos, especialmente los de las flores color violeta.

La misma Jijón reveló que este árbol es originario de la provincia sureña de Loja en la frontera con Perú. Crece en climas fríos, en los valles interandinos, donde alcanza una altura de 10 a 15 metros, es frondoso y necesita mucha luz.

“Hay que surtirlo de agua especialmente en las madrugadas para que crezca y florezca en el verano”, explicó una vecina que con una caneca abastecía de líquido a un Arupo, que ella misma sembró con una “estaca” traída de Loja.

El diario El Comercio de Quito informó, hace algún tiempo, que el Arupo es familiar del famosísimo olivo y que su fruto, que no es comestible, se parece a la aceituna.

“Luis Cordero (político, escritor y educador), lo hace originario de Loja y el médico quiteño del siglo XIX, José María Troya, afirmaba que el polvo de la corteza es purgante en dosis de dos a tres gramos”, indicó el matutino quiteño.

Y agregó: “su cultivo, como el de la mayoría de especies endémicas del país, es sencillo. Solo precisa de un suelo rico en materia orgánica, un riego selectivo, podas periódicas y protegerlo del pulgón y la cochinilla”.

Los Arupos están florecidos en Quito y el hermoso espectáculo que ofrecen se podrá disfrutar hasta el próximo invierno, cuando el cielo de la capital de Ecuador deje de ser de color celeste y se llene de nubes.

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