Conductora ebria mató a vigilante en Medellín; en Neiva dejan libre a borracho que mató niño
–Una mujer que conducía en avanzado estado de alicoramiento causó la muerte en Medellín a un vigilante que se movilizaba en una motocicleta, mientras que en la ciudad de Neiva, la capital del Huila, una juez dejó en libertad al conductor borracho que mató a un niño de 8 años.
En el caso de la capital antioqueña, la joven Paula Andrea Valderrama Berrío, de 24 años de edad, quien conducía una camioneta en estado de embriaguez atropelló y mató al vigilante independiente Luis Fernando Herrera Oquendo, de 46 años, a la altura de la calle 38 con la carrera 48, en el sector de San Diego.
El hecho es que la mujer era reincidente, pues el pasado 3 de marzo había sido sorprendida en un reten policial conduciendo ebria. Se le comprobó segundo grado de alcoholemia y además de inmovilizarsele el vehículo se le suspendió la licencia por tres años.
Sin embargo, según el secretario de Movilidad de Medellín, Ómar Hoyos Agudelo, tenía una licencia de la Secretaría de Tránsito de Sabaneta expedida el 6 de marzo, un día después de la sanción, ya que en ese momento el Sistema Integrado de Información sobre Multas y Sanciones por Infracciones de Tránsito, no reportaba impedimento.
En Medellín el pasado fin de semana fueron sorprendidas 115 personas conduciendo en estado de embriaguez.
De otro lado, en la ciudad de Neiva, causó gran consternación la decisión de una jueza que dejó en libertad al conductor borracho que causó la muerte al niño Santiago Rodríguez, de 8 años y dejó herida a su abuelita Carmen Pinto Bohórquez, de 51 años de edad, quien lo llevaba de la mano.
La juez se abstuvo de dictarle medida de aseguramiento al autor del accidente,identificado como Jamilth Rivera, quien conducía un automóvil Mazda 323 HS, de placa NVR-540, pues en su concepto no representaba un peligro para la sociedad por tratarse de un profesional, ser ingeniero, buen padre y buen vecino».
Los familiares del pequeño, cuyas exequias se cumplirán hoy, expresó que ahora el dolor es doble, por cuanto el crimen tiende a quedar impune.
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