Luego de que no fue dada aprobación por la ONU a la solicitud del gobierno británico sobre realizar ataques militares de castigo contra Siria, este país ha manifestado que estos acciones bélicas se realizarán, incluso sin su aprobación.

William Hague, ministro de Relaciones Exteriores, insistió en que las grandes potencias tienen la «responsabilidad» de actuar en Siria. «Tenemos claro que si no hay acuerdo en las Naciones Unidas todavía tenemos una responsabilidad», dijo el titular del Foreign Office. «Nosotros y otras naciones todavía tenemos responsabilidad».

Las declaraciones del país británico están absolutamente en contra de Lajdar Brahimi, mediador Sirio quien insistió en que ataques militares sin la autorización del Consejo de Seguridad significarían una violación del derecho internacional.

Hague por otro lado manifestó: «Lo mejor sería que la ONU estuviera unida, si bien eso parece poco probable a la luz de los vetos de Rusia y China que hemos obtenido en el pasado»,

El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria declaró que «el derecho internacional es claro con respecto a esto y dice que una acción militar debe ser emprendida después de una decisión del Consejo de Seguridad» y que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó que debe ser la ONU la que ofrezca «el marco de cualquier posible intervención militar» en Siria.

Estas declaraciones se suman a las tencionantes amenzas que ha hecho el gobierno de los Estados Unidos al decir que en cualquier momento el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puede ordenar un ataque limitado contra el régimen de Bachar al Asad.