El paso del tifón Wipha por la costa oriental de Japón, dejó varios estragos. Pese a que se hizo la advertencia para que los habitantes desalojaran sus viviendas, inicialmente había 50 personas desaparecidas y hasta ahora se han identificado 17 fallecidas.
Pese a la fuerza del fenómeno natural, este no afectó la capital (Tokio) ni provocó nuevos daños a la accidentada planta nuclear de Fukushima.
Las autoridades habían pedido a unas 20.000 personas que evacuaran sus casas por el peligro de inundaciones, mientras se cancelaron cientos de vuelos.
Las diecisiete personas murieron en la isla de Izu Oshima a unos 120 kilómetros del sur de Tokio. Luego de desbordarse varios ríos. La tormenta provocó aludes de barro en donde quedaron sepultadas las víctimas.
“Oí un sonido de crujidos y entonces los árboles de la colina cayeron”, dijo una mujer de Izu Oshima al canal de televisión local.
Luego de la tormenta hubo vientos huracanados y lluvia a la zona metropolitana de Tokio de 30 millones de personas en la hora punta matutina.
Entre los desaparecidos se encuentran dos menores que preocupan gravemente a las autoridades de ese país.