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Descubren tres nuevas especies de vertebrados en «mundo perdido» de Australia

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En una expedición de National Geographic y la Universidad James Cook se descubrieron tres especies de vertebrados nuevas para la ciencia, que han permanecido aisladas del resto del mundo durante millones de años en una remota montaña de la Península del Cabo York, en el noreste de Australia.

En efecto, la cadena de montañas escarpadas del Cabo Melville es un lugar impresionante, en el que millones de rocas de granito negro del tamaño de un coche o de una casa se apilan formando grupos de cientos de metros de altura. Encima, se extiende una planicie de selva tropical que hasta ahora había permanecido prácticamente sin explorar, fortificada por paredes de rocas masivas.

El pasado marzo, los investigadores volaron en helicóptero para explorar estas tierras altas. «Los resultados fueron increíbles», afirman desde la James Cook en un comunicado. En cuestión de días, los científicos habían descubierto tres nuevas especies de vertebrados muy distintos, así como otra serie de especies interesantes que también pueden ser nuevas para la ciencia.

Lo más destacado fue el descubrimiento del gecko de cola plana con forma de hoja, un vertebrado grande (20 cm), «de aspecto primitivo», considerado una reliquia del antiguo continente Gondwana, de una época en que la selva era más común en Australia. Ha sido bautizado como Saltuarius eximius, que significa excepcional o extraordinario, por lo diferente que es de todos sus familiares. Pasa el día escondido en las rocas y de noche sale de caza. Muy camuflado, se sienta inmóvil, la cabeza hacia abajo, a la espera de que pasen insectos o arañas. Destacan sus enormes ojos, con el cuerpo y las extremidades muy largas y delgadas, probablemente adaptaciones a la vida en los campos de cantos rodados con poca luz.

La lagartija del cabo Melville ( Saproscincus saltus) tiene un bonito color dorado y largos miembros, pero a diferencia del gecko está activa durante el día, corriendo y saltando de roca en roca, cazando insectos.

También se descubrió una fascinante rana que vive en las rocas (Cophixalus petrophilus), que solo habita los campos de cantos rodados. Durante la estación seca, la rana vive en lo profundo del laberinto del campo de piedra, donde las condiciones son frías y húmedas. En la temporada de lluvias del verano, emerge a la superficie sobre las rocas para alimentarse y reproducirse bajo la lluvia.

«Cualquiera podría preguntarse cómo los renacuajos de una rana pueden vivir en un campo de rocas sin agua -apunta Hoskin-. La respuesta es que los huevos son depositados en las grietas húmedas de las rocas y los renacuajos se desarrollan dentro de los huevos, custodiados por el macho, hasta que las ranitas totalmente formadas eclosionan».

«La parte superior de Cabo Melville es un mundo perdido. Encontrar estas nuevas especies allí es el descubrimiento de toda una vida. Todavía estoy sorprendido», reconoce Hoskin.