Política

Último pago de Saludcoop a Montealegre: $300 millones

Eduardo Montealegre
Con pruebas en mano, el abogado Luis Felipe Vergara, defensor Eduardo Montealegre, busca demostrar que el jefe del ente investigador no incurrió en falta alguna después de ser designado como del Fiscal General de la Nación.

Las aclaraciones del abogado se dan en medio de la controversia desatada por la denuncia que instauró la contralora general de la República, Sandra Morelli, en contra de Montealegre por presuntamente seguir devengando honorarios por cuenta de un contrato que tuvo en su momento para desempeñarse como representante jurídico de Saludcoop.

Entre los documentos con los cuales Vergara busca demostrar que Montealegre una vez fue elegido como Fiscal General de la Nación renunció a la representación de la entidad se encuentra la cesión del poder con fecha del 28 de marzo, en el cual asume como nuevo abogado de Saludcoop, Camilo Vela.

También se dio a conocer la carta en la que renunció ante la sección I del Consejo de Estado el 24 de marzo de 2012 al poder que tenía para atender todo lo relacionado con la “acción de nulidad y restablecimiento de derechos de Saludcoop contra la Superintendencia Nacional de Salud”, es decir, el desistimiento de dos días después de que la Corte Suprema de Justicia lo nombrara jefe de la Fiscalía.

Otra de las pruebas es una certificación expedida por Nubia María Cruz, directora nacional de Contabilidad de Saludcoop, donde se reporta que el último pago que se le realizó a Montealegre como abogado de la entidad se dio el 8 de marzo de 2012 por $300 millones de pesos.

Vergara explicó que las pruebas dadas a conocer son unos “documentos que se relacionan con la acusación que se le hace al doctor Montealegre de percibir honorarios por parte de contratos y en ejecución por parte de Saludcoop, acusación que por supuesto es falsa”.

Dentro de la denuncia instaurada por Morelli a Montealegre ante la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de representantes, la contralora fue citada para el próximo 13 de noviembre para una diligencia de ampliación y ratificación de la denuncia.

Así es Eduardo Montealegre
El paradigma de su padre Argilio, quien siempre ejerció como abogado y nunca tuvo título, pero acertó en los estrados judiciales, en la cosecha cafetera y en la política, perfiló el destino del expresidente de la Corte Constitucional y nuevo fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre Lynett, un penalista ibaguereño de 55 años, uno de los mejores abogados del país que por cuenta de su asesoría a la controvertida e intervenida EPS Saludcoop fue objeto de polémicas por los dineros que recibió en su ejercicio como asesor legal, casi $5.000 millones en los últimos cinco años.
Más allá de la controversia, Montealegre cursó su bachillerato en el centenario colegio de San Simón, en la capital del Tolima, y se dejó seducir por el influjo del movimiento estudiantil de los años 60, pero su primordial derrotero adolescente fue aprenderle a su padre: a trasegar entre los arbustos de caturra, en su finca de Frías, a negociar con caña en el valle de Armero, a ejercer el debate en el foro judicial, o en el discurso de la política liberal de su agobiado departamento.

“Tengo grabadas en mi memoria dos imágenes: a los 7 años, de la mano de mi padre, en el conservatorio de música del Tolima, escuchando a Carlos Lleras Restrepo en campaña electoral en 1965; y en la catedral de Ibagué, un domingo en que conocí personalmente al expresidente Darío Echandía”, recordó en su momento Montealegre, un hombre rodeado de libros, curtido en expedientes y cuyas oficinas siempre están ambientadas por portarretratos con primeros planos de sus tres hijos y su tercera esposa.

Retazos de tiempo que conserva intactos, con fragmentos de los discursos de Jorge Eliécer Gaitán, ortodoxia marxista con el fantasma del comunismo que recorrió el mundo en su Manifiesto, o diatribas contra el stalinismo y homenajes a Tito. Cruce ideológico de todas las vertientes y revoluciones que entonces moldearon a Montealegre como un liberal de izquierda, afecto al MRL, en la primera fila de las protestas contra el Estado de Sitio. Pero en 1975 concluyó el ciclo del colegio y como su hermano médico de la Universidad de Manizales, o su hermana bacterióloga de la Javeriana, dejó Ibagué y se matriculó en la Universidad Externado para estudiar Derecho. Atrás quedó la finca La Florida con su trapiche y sus cafetos, o sus octogenarios abuelos, como el viejo Lynett que a principios del siglo XX llegó a Mariquita como auxiliar de ingeniería de la compañía inglesa que construyó el cable a Manizales.

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