Tras un trabajo investigativo adelantado desde 2010 en acción conjunta con autoridades extranjeras y la Dijin de la Policía, se logró la desarticulación de una red conformada por 16 personas que se dedicaban a la producción, comercialización y tráfico internacional de estupefacientes.
El tráfico tenía como destino los Estados Unidos y Europa.
Tras varios meses de seguimiento, la Fiscalía obtuvo elementos materiales que permitieron establecer que la organización, liderada por Héctor Daza Roa, alias Tarántula, contaba con laboratorios clandestinos para la producción de cocaína en los municipios de Tauramena, San Luis de Gaceno, Monterrey, Villanueva y área rural de Yopal (Casanare), así como en Paratebueno (Cundinamarca) y Arauca.
Una vez concluido el proceso de producción, las sustancias eran transportadas vía terrestre al estado de Apure (Venezuela) y desde allí, en una flota de avionetas, la carga se dirigía a países como Honduras, Haití, Surinam, Islas Guayanas y República Dominicana; hasta alcanzar los mercados ilegales en Norteamérica y Europa.
La Fiscalía también estableció que la organización contaba con empresas de casas de cambio en Cúcuta y otras ciudades, que servían como fachada para el ingreso de divisas. Igualmente, que los recursos obtenidos eran invertidos en lujosas propiedades en Bogotá y en camionetas o vehículos de alta gama.
Durante la investigación fueron destruidas cuatro avionetas, seis laboratorios con 800 kilos de insumos químicos y se incautaron de 950 kilos de cocaína.
Los procesados no aceptaron los cargos imputados por la Fiscalía y fueron remitidos a la cárcel de Yopal.