Por Mauricio Botero Caicedo

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡

Según informes de prensa, Angelino Garzón, en el marco del Foro Mundial de Derechos Humanos en Brasilia (Brasil), “presentó su ponencia en la conferencia ‘La transversalidad de los Derechos Humanos’, en la cual agradeció los mensajes de apoyo y solidaridad que la comunidad internacional ha expresado en favor del proceso de paz.
En la cita, les solicitó a los países, principalmente a Estados Unidos, a las naciones Europeas y a las instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que estos gestos de respaldo se materialicen en la condonación de la deuda pública que Colombia ha adquirido con ellos.”

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡

Los medios de comunicación agregan: “El Vicepresidente dijo que no se trata de falta de capacidad de pago sino de hacer entre todos el compromiso de que estos recursos sean invertidos principalmente en la reparación a las víctimas de la violencia, en la restitución de tierras para la población desplazada y trabajar estrategias para el perdón, la reconciliación, así como en el fortalecimiento de la institucionalidad para la promoción y respeto de los derechos.”

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡

La propuesta de Angelino es inoportuna, extemporánea, anacrónica y profundamente peligrosa. Con enorme esfuerzo el país ha construido una merecida reputación de ser buena paga, en todo el amplio sentido de la palabra. A mediados de los años ochenta, cuando la totalidad de los países de América Latina, incluyendo Chile, incumplieron sus compromisos externos, Colombia fue el único, léase bien, el único país que honró su palabra. Por esta razón, aún en los aciagos momentos a finales del siglo pasado en que Colombia corría el serio riesgo de ser declarado un ‘País inviable’, el crédito externo no se detuvo. Los acreedores siempre han admirado y respetado la seriedad de Colombia!

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡

Entonces que a estas alturas venga el Vicepresidente a proponer, sin ninguna razón de fondo distinta a arrancar aplausos de los mamertos reunidos en Brasilia, que Colombia eche por la borda su merecida fama de ser un país serio, poniendo en serio entredicho los flujos de inversión, es una barbaridad, una imbecilidad sin precedentes!

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡

Angelino no pierde ninguna oportunidad para quedarse callado. Lo que si es un misterio es que ante tan desatinada propuesta el alto gobierno, concretamente el presidente de la República, no haya salido a desmentir los disparates de Angelino dando de paso un firme mensaje a la comunidad internacional que Colombia no tiene la menos intención de condonar su deuda. El solo contemplar una moratoria de la deuda es un grave atentado contra la estabilidad financiera de la nación.

Perdónalo señor, ¡Angelino no sabe de lo que habla¡