Timochenko dice que gobierno impone “condiciones salvajes en la confrontación”
Sin hacer referencia a los consecutivos ataques contra diferentes poblaciones del país, pero reivindicando entre otras cosas, el derribamiento de varios helicópteros militares, el máximo cabecilla de las Farc alias Timoleón Gómez o Timochenko, acusó al gobierno de «imponer “condiciones salvajes en la confrontación”.
Según el mandamás del grupo guerrillero, «la violencia oficial siempre generará la lucha, así que para alcanzar la paz es requisito esencial poner fin a ella. Sólo así podrá conseguirse terminar con el conflicto. Lo demás es perdido».
Los pronunciamientos los formula en un escrito publicado en la web de la organización ilegal titulado «La guerra no es como la pintan ellos», para insistir en una trégua bilateral para avanzar en las negociaciones de paz que se adelantan en La Habana, Cuba.
«El Presidente Santos –dice –se ha dado a la tarea de notificar él mismo, con inocultable satisfacción personal, los éxitos de sus tropas, advirtiendo cada vez que la ofensiva decretada no va a detenerse, sino que antes bien, será profundizada y extendida, descartando por completo cualquier posibilidad de un cese el fuego bilateral, al que considera altamente inconveniente.
Se hace evidente así– agrega –la intención gubernamental de presentar a la opinión nacional y mundial una guerrilla asediada y derrotada, a la que con todo derecho se cobrará en la Mesa su incapacidad militar y política, negando de plano sus aspiraciones e imponiendo las condiciones de rendición ampliamente promocionadas desde el anuncio mismo de las conversaciones.
Luego señala que «el Estado colombiano impone unas condiciones salvajes en la confrontación, absolutamente desproporcionadas con relación a las capacidades de su adversario, visibles ante todo el mundo, pero hábilmente presentadas como desarrollos normales de una guerra contra organizaciones capaces de cualquier cosa».
Según Timochenko, «la asimetría de fuerzas no pone de presente la fortaleza del Estado o su legitimidad, sino su enorme debilidad política y su falta de argumentos morales».
Además subraya que «tras los arrasadores bombardeos» que ejecuta la fuerza pública contra los reductos de las Farc, «se oculta un angustioso desespero» y precisa: «Es que la guerra real, no la de los boletines para la prensa y la televisión, no se está librando del modo como la pintan ellos».
Advierte que «el ministerio de defensa ha asumido la posición de callar y ocultar los golpes propinados por la insurgencia a su aparato de muerte y terror» para reseñar que «los helicópteros, por ejemplo, se están cayendo por obra de accidentes y casualidades, cuando no se puede ocultar su caída, o sencillamente jamás son alcanzados por el fuego guerrillero.
Al efecto, señala que el pasado 22 de diciembre, en el área rural de Briceño, Antioquia, fue destruido por completo uno de ellos cuando se aprestaba a desembarcar tropas en operaciones ofensivas contra unidades del Bloque Iván Ríos.
También dice que el 9 de enero «unidades conjuntas de las FARC y el ELN» derribaron otro helicóptero en el área rural del municipio de Anorí, y que en esta misma localidad, el 24 de diciembre, cayeron en un campo minado «buena parte de los comandos que pretendían avanzar en secreto contra unidades de las FARC».
Destaca que en Puerto Rondon, el pasado 8 de enero, los guerrilleros respondieron con fusiles un bombardeo aéreo y lograron impactar tres aeronaves, en una de las cuales murieron dos soldados y en otro un capitán y un soldado resultaron heridos.
«La pelea, como se ve, es peleando, resistiendo y avanzando», afirma.
De paso afirma que los cabecillas del grupo alias «Franklin», y Edison Romañana, quienes habian sido declarados muertos o desaparecidos por las fuerzas militares, salieron ilesos del ataque.
«Se conoció de tres helicópteros averiados durante ellos, así como de seis militares muertos y otros ocho heridos, resultados negativos que desde luego jamás se dan a conocer», puntualiza.
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