Internacional

Papa Francisco fustiga el poder, el lujo y la miseria moral causada por el alcohol y las drogas

papa-Francisco-durante–El Papa Francisco invitó a los católicos a la sobriedad y a compartir, tras fustigar una vez más “el poder, el lujo y el dinero que se convierten en ídolos» y que impiden la «distribución justa de las riquezas».

Igualmente, expresó su preocupación por la que llamó miseria moral, y que «consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado».

«¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros -a menudo joven- tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía!», expresó el sumo pontífice en un mensaje con ocasión de la “Cuaresma”, en el cual agregó:

¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud”.

Y advirtió: “En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera”.

El Papa señaló que «el Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual» y entonces instó a los católicos a «seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana.»

“Nuestros esfuerzos – dijo — se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir.

El Papa consideró que «la Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele».

El pontífice destacó, sin embargo, que «la verdadera pobreza duele» y que «no es válido un despojo sin esta dimensión penitencial».

«Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele», precisó.