Los científicos del museo Penn de Filadelfia, EE.UU., han descubierto en el sótano de las instalaciones un esqueleto humano de 6.500 años de edad durante el proyecto de digitalización de los fondos.
Según informa ‘Time’, los restos fueron hallados en una vieja caja de madera donde estaba languideciendo desde el momento de su hallazgo en las excavaciones del arqueólogo británico Leonard Woolley en el sur de Irak en 1929.
Para mantener los huesos juntos y bien conservados el científico los envió a Londres y luego a Filadelfia. Sin embargo, sus registros se perdieron y el esqueleto se almacenó en el sótano del Museo Penn sin ninguna identificación.
Los restos permanecieron ahí durante décadas hasta que el arqueólogo del museo, William Hafford, encontró un documento de la excavación durante su trabajo ‘Ur de los caldeos: una visión virtual de las excavaciones de Woolley’, que digitalizó todos los registros de Woolley.
El documento mostraba cómo se habían repartido entre los dos museos estadounidenses los objetos hallados. Según la lista, dos esqueletos habían sido enviados al Museo Penn, pero figuraban como ‘desaparecidos’. Tras consultar con los empleados del museo, Hafford descubrió que un cuerpo con una descripción parecida se conservaba en el sótano.
“Lo que hemos hecho ha sido devolverle a este hombre su historia”, comenta el arqueólogo.
De acuerdo con Hafford, los restos de Noah (Noé), como han bautizado al esqueleto porque fue encontrado en una capa de sedimentos depositados por una desastrosa inundación, podrían arrojar más luz sobre cómo los seres humanos vivían antes de la aparición de las ciudades y la escritura y dar una idea de los ritos funerarios.