El Síndrome del Arca de Noé se trata de una patología relacionada con la obsesión, que lleva a quien lo padece a acumular perros o gatos como si fueran barajitas o juguetes.
Esta enfermedad es muy popular actualmente, con el auge de la adopción de perros callejeros. Cuando una persona recoge animales de la calle y les da asilo, en exceso, puede ser un acumulador de animales, lo que genera muchos sufrimientos a las mascotas.
Los pacientes que pedacen esta patología, tienen la necesidad compulsiva de poseer muchos animales de compañía, más allá del límite en el cual pueden atenderlos de forma mínima. El enfermo suele creer que está «salvando» animales, sigue recogiendo y llevándose a casa sin freno, y además se opone ferozmente a separarse de ninguno de ellos, ya sea adoptado en una buena casa o para eutanasiarlo si está gravemente enfermo (en casos extremos tampoco quiere separarse de los cadáveres).
Este tipo de persona no es un simple excéntrico inofensivo y bien intencionado, sino alguien con un problema mental muy grave cuya consecuencia es el sufrimiento de sus animales. Si convive con niños o ancianos a su cargo, además, se produce una situación paralela de abuso y de maltrato con ellos.
Cualquier animal puede ser víctima de estos enfermos. Los informes han documentado una gran variedad de animales de compañía como gatos, perros. conejos, hurones, aves, cobayas, y de animales de granja (caballos, ovejas, cabras, pollos, vacas), así como animales exóticos y algunas veces animales salvajes peligrosos.
Los domésticos son los más habituales en estos casos, sobre todo por la facilidad para conseguirlos y porque tan es más fácil atenderlos que a los salvajes. Los gatos son los más afectados y los que más abundan en el estereotipo. Son más sencillos de coger y de tener en grupo que los perros, y ambas cosas explican por qué son las grandes víctimas.
No es raro que haya varias especies animales juntas, aunque la mayoría de las veces el enfermo tiende a acumular una sola. Las investigaciones no han explicado aún qué factores intervienen para que la inclinación sea una u otra.
El número de animales no es determinante si no se considera sobre una sola especie. Por ejemplo, no sería complicado tener en casa 500 ratas. Si hablamos de animales de mayor tamaño, se sabe de varios casos en los que había más de 1.000 animales, entre perros, gatos y otras especies.
Estas mascotas entonces se enfrentan a peores situaciones que las que viven en la calle. Es que quien padece este síndrome no reconoce que está descuidando a los animales. Todo lo contrario, se siente como una suerte de redentor, pese a que no los alimentan.
¿Quiénes lo padecen? Aquí está la clave, aquellas personas que se sienten solas. En especial se da en mujeres mayores, jubiladas y abandonadas por sus familias quienes encuentran consuelo con los gatos o perros.