Las Farc señalaron este viernes que no han ejercido presión para que la congresista Clara Rojas no forme parte de la segunda delegación de víctimas que viajará a La Habana para participar en el proceso de paz, y advirtieron que la carta que se conoció en días pasados, donde se asegura que la exsecuestrada no es víctima de esa guerrilla, no es un documento oficial de ese grupo insurgente.
“Es mentira que la delegación de paz de las FARC haya ejercido presiones sobre Naciones Unidas, el Centro de Pensamiento y la Conferencia Episcopal, organizadores de las audiencias (con las víctimas), para impedir la presencia de Clara Rojas”, indicó las Farc en un comunicado.
La guerrilla indicó que “no han emitido valoración ni descalificación alguna sobre las señoras Clara Rojas e Ingrid Betancur”, y agrega “Desde las montañas de Colombia una de las guerrilleras ha hecho libremente la narración de sus vivencias en la selva al lado de las mencionadas ciudadanas”.
Las Farc señalaron que la versión de esta guerrillera “contrasta con todas las historias que al respecto, mediante artículos, libros y películas han publicado las señora Rojas y Betancur, sin que nadie las hubiese cuestionado hasta el momento”.
“Valga decir que cuando alguien se decide a publicar hechos de su vida, abriendo las puertas a que se conozca su intimidad, es porque está dispuesta a someterse al escrutinio público enfrentando la verdad”, consideró la misiva.
En la misma línea se refirieron al caso del general Luis Mendieta, que también estuvo secuestrado. “Es absolutamente falso que un integrante de esta delegación haya suscrito documento alguno contra el general Mendieta y mucho menos en los términos de “superlativa crueldad” que indica el Gobierno”, han sostenido.
La guerrilla recordó su “disposición a recibirlo, aún sin tener la condición de víctima, siempre que se apliquen los principios de equilibrio y sindéresis que permitan que también nuestros combatientes prisioneros de guerra, ejerzan el mismo derecho”.
Las Farc calificó como “exagerado y malintencionado derivar de estas situaciones particulares que muestra incompatibilidades con el acuerdo de reconocer a las víctimas y asumir las responsabilidades consecuentes”.
“De hecho, reiteramos nuestro compromiso de asumir con seriedad la declaración de principios que suscribimos para tratar el punto cinco de la agenda de paz, que corresponde a la discusión de esta temática”, subrayó el comunicado.
Las Farc indicaron que “ni siquiera los improperios y calumnias que a diario lanzan voceros gubernamentales a través de diversos medios contra comandantes y guerrilleros caídos en combate, le han hecho desistir de este propósito”.
“Ningún integrante de la delegación de paz de las FARC desde el momento en que iniciamos las conversaciones se ha manifestado en contra de reconocer y recibir a las víctimas del conflicto, por el contrario, hemos agregado la posibilidad también de interlocutar con los combatientes de ambas partes”, señalaron.
POLÉMICA SOBRE ROJAS
El Gobierno y las FARC se enzarzaron el miércoles en una inusual pelea en pleno proceso de paz sobre la condición de víctima del conflicto de Rojas, que estuvo varios años secuestrada por la guerrilla y que incluso llegó a dar a luz en cautiverio.
El motivo de esta controversia es un texto difundido por las FARC el martes en el que relata el secuestro y las condiciones de cautiverio de Rojas, que fue capturada en 2002 junto a la entonces candidata presidencial Ingrid Betancur y recuperó la libertad en 2008.
La guerrilla sostiene que Rojas “no tiene derecho” a recibir la denominación de víctima porque, mientras que Betancur fue secuestrada, ella decidió quedarse de forma voluntaria y durante su cautiverio se enamoró y quedó embarazada de un guerrillero.
Las FARC han asegurado que, desde que dio a luz, Rojas intentó dañar al bebé, hasta el punto de que tuvieron que separale de ella y más adelante, cuando el acoso del Ejército era excesivo, tuvieron que dejárselo a una familia campesina.
La delegación del Gobierno en el proceso de paz ha expresado, a través de un comunicado, “su más enérgica protesta” por la difusión de este artículo contra Rojas al considerar que “viola su dignidad como persona y como mujer”.
“Es una muestra de desprecio a una víctima que sufrió durante varios años el secuestro a manos de las FARC y, por tanto, se exige de este grupo claridad sobre su sinceridad al acordar principios de reconocimiento y responsabilidad frente a las víctimas”, ha dicho.
Por su parte, Rojas ha dicho que siente “como una desazón”. “Pensé que en el tema del secuestro ya habíamos pasado página porque me he venido esforzando enormemente en hacerlo e incluso he efectuado el ejercicio del perdón”, ha recordado.