Hace veinticinco años que Josélo, Rubén, Meme y Quique se juntaron para hacer música. Y hace veinte, con el lanzamiento de esas veinte canciones díscolas y geniales del disco que lleva el nombre de la segunda nota de la escala musical, el cuarteto mexicano definió tanto su carrera musical como la idiosincrasia artística de una nueva generación alternativa en Latinoamérica.
Sencillos como ‘Ingrata’, ‘El baile y el salón’ y ‘Las flores’, cambiaron nuestra era del discman para siempre, nos hicieron parte de un continente sonoro propio que se explayaba desde Ciudad Satélite (México) hasta todos los puntos cardinales de la realidad sureña. La Paz, Asunción, Bogotá, Santiago, Quito y Buenos Aires, cada una a su manera, fueron colonias de una divertida nueva jerga chilanga que nos explicaba muy seriamente el sentimiento de una raza indescifrable, durante una década definitiva de transición cultural.
En febrero de 1996, ya sobre el final de la era ‘Re’ , y aun viajando por lo alto en las ondas de la radio colombiana, los cafetos llegaron por primera vez a nuestro país, para debutar con esas canciones en una fecha memorable en el Estadio El Campin. Tantos años después ‘Re’ sigue latiendo en la radio –ahora como parte del catálogo–, pero sobre todo, en los corazones mestizos de todo el planeta. Es el aniversario de una obra de arte que trasciende las edades del pop, que no tiene opción de caducar.
Este diciembre, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo será el punto de encuentro para que Bogotá Re-nueve sus votos y Re-invente esas canciones que han marcado tantas de sus noches. Todo esto, por supuesto, junto a una de sus bandas favoritas de todos los tiempos.
Fuente: Vive.in