Tras una semana de huelga estudiantil para pedir democracia, la tensión estalló este domingo en Hong Kong, donde miles de personas se enfrentaron a la Policía, que se empleó a fondo contra los manifestantes usando por primera vez gases lacrimógenos y espray de pimienta.
Aunque una gran manifestación pro-democrática estaba convocada para el miércoles, coincidiendo con el Día Nacional de China, los acontecimientos se precipitaron a partir de la medianoche del sábado, cuando miles de personas acudieron en apoyo de un grupo de estudiantes que había invadido el patio de un complejo gubernamental.
Los agentes equipados con material antidisturbios lanzaron los gases lacrimógenos en su intento de despejar la zona conocida como “plaza cívica” y varias avenidas adyacentes.
Inicialmente, muchos de los manifestantes retrocedieron, pero una buena parte de ellos volvieron a la zona.
Algunos de ellos denunciaron en las redes sociales lo que consideran brutalidad policial ante una protesta pacífica.
La acción policial siguió a la rueda del prensa del jefe ejecutivo de la ciudad, Cy Leung, quien urgió a los habitantes a no participar en protestas “ilegales”, y advirtió de que su gobierno está “decidido” a poner fin a la “ocupación ilegal” del distrito Central de la ciudad.
La Federación de Estudiantes, que ha organizado una huelga desde el pasado lunes, amenazó con intensificar sus acciones tras el intento de disolver la violencia por los agentes.
A su vez, el Sindicato de Profesores anunció que iniciará una huelga mañana como protesta por la actuación policial.
Esta semana de huelgas de estudiantes universitarios y de secundaria comenzó el lunes y se cerró con una manifestación en la noche del viernes ante la sede del Gobierno local, que acabó en esos incidentes.
Los manifestantes se mantuvieron en la zona durante todo el sábado y, en la madrugada del domingo, uno de los líderes del movimiento “Occupy Central”, Benny Tai, acudió al lugar para anunciar que su organización adelantaba el inicio de su campaña de desobediencia civil en contra de la reforma electoral aprobada por Pekín.
El objetivo de este movimiento es bloquear las carreteras y paralizar el funcionamiento diario del distrito financiero de Hong Kong (conocido como Central) gracia a miles de manifestantes que hagan una sentada indefinida en sus calles.
El pasado 31 de agosto, las autoridades de Pekín anunciaron su decisión de no permitir una elección abierta del próximo gobernante de Hong Kong en los comicios de 2017.
Según la decisión del Gobierno chino, esa elección será por sufragio universal, pero entre dos o tres candidatos que necesitarán el respaldo previo de un comité consultivo.
Esa decisión generó un fuerte desencanto en muchos habitantes de Hong Kong, que consideraban que las autoridades habían prometido el sufragio universal para 2017, lo que acabó causando esta nueva oleada de protestas en la antigua colonia británica, que volvió al control chino en 1997.