Opinión

S.O.S. por la Macarena y sus vecinos

JoseLuis2 Por José Luis Ramírez Morales
Los atracos en la calle, los asaltos a pequeños negocios y tiendas, robos diarios a residencias y a las personas que osan y se atreven a pasar por los barrios La Perseverencia y La Macarena, en pleno corazón de Bogotá, centro de la ciudad, se han convertido, lamentablemente en el referente de este sector.

Asaltos a carros por la avenida Cirunvalar, por la carrera 5ª., por el callejón del colegio La Merced, la carrera 7ª, el planetario, el puente que desemboca en el Hotel el Parque y el enfrentamiento entre bandas de delincuencia por la disputa territorial y por el negocio del microtráfico tienen crucificada a la UPZ de la Macarena en la localidad de Santa Fe.

Por los cerros orientales, por el occidente, por el centro internacional,en las torres del parque, los habitantes de la Macarena, el Bosque Izquierdo y Germania están asediados por homicidas y asaltantes que patrullan día y noche este importante sector.

Los delincuentes paran a las personas, en la mañana, la tarde y la noche, es decir, no hay horarios más peligrosos. Armados intimidan, roban y matan. Fue el caso lamentable, ocurrido hace exactamente dos meses, cuando un reconocido habitante de muchos años de La Macarena, en el sector de las Torres del Parque, salía ese 14 agosto y fue asesinado. Así terminó la existencia de don Luis Garavito, con una puñalada en la cabeza.

Así son nuestros delincuentes, cada día más despiadados y crueles.

Los criminales caminan la zona, sembrando el miedo y la angustia. Se mueven en bandas de ocho y 10 integrantes, por lo general jóvenes, arrasando con lo que encuentran a su paso, como langostas hambrientas.

Ni siquiera la iglesia del barrio de la Perseverancia se ha escapado de sus acciones, pues en varias ocasiones, el propio sacerdote, la casa cural y el templo han sido saqueados.

Parte de la inseguridad, debo decirlo, es culpa de algunos de los residentes en este sector, que son los principales compradores y consumidores de alucinógenos, los cuales adquieren a domicilio, haciendo difícil la intervención de la Policía.

Así, después de reuniones, de esfuerzos de la comunidad, encuentros con la Policía y con entidades del Distrito, los avances que estaban programados para el 10 de octubre en las mesas de trabajo, por ahora no se ven reflejados en las calles.

Y en las calles del barrio la Perseverancia se sigue distribuyendo cocaína, marihuana, pepas y bazuco. Y es allí donde diariamente acuden jóvenes, universitarios, empleados, trabajadores de la construcción, mujeres y niños en busca de una dosis o la muerte.

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