Samsung, la empresa que ha estado a la vanguardia de algunos de los cambios tecnológicos más fundamentales de los últimos tiempos, es la marca que se encuentra detrás del desarrollo del primer televisor curvo UHD del mundo.
Los nuevos televisores que se verán a lo largo de 2014, como el modelo Samsung Curved Smart LED H8000 o el Samsung HU8500 de 65 pulgadas, definen esta nueva forma de ver la televisión y de disfrutar de los contenidos como nunca antes se había hecho: de una manera espectacular pero, a la vez, de la forma más cómoda y natural para el ojo humano.
Las aplicaciones y los dispositivos que Samsung desarrolla, así como la mejora en la imagen que el UHD favorece, están hoy al alcance del consumidor más exigente. Ver televisión nunca volverá a ser lo mismo.
Su deseo, es cumplir con las máximas aspiraciones de los espectadores y lograr que la experiencia audiovisual sea lo más inmersiva y completa posible.
Estudios sobre la tecnología se unen a análisis biológicos para establecer, sí o sí, cuál es la manera óptima en la que un individuo es capaz de percibir las imágenes de la forma más completa, es decir, de qué forma esos píxeles y su forma de visionarlos se pueden acercar todo lo posible a la observación fehaciente de la realidad, a los objetos que tenemos a nuestro alrededor. Por ello, ha llegado el momento de las pantallas curvas. La tecnología curva es el paso evolutivo más claro y lógico, pues no hace sino adaptarse a las necesidades reales de los hábitos de las personas cuando consumen televisión.
Ver la televisión a través de una pantalla curva acerca nuestra experiencia audiovisual a hacerlo en una pantalla de cine, con su amplitud y calidad de imagen. La ingeniería tecnológica de estos nuevos televisores cuenta con un avanzado panel de 4,2 metros de radio, para asimilarse completamente a la distancia media con la que un espectador hace su visionado.
Los beneficios son reales y están demostrados, y si antes la tecnología no era capaz de escalar hasta este paso, ahora, por fin, lo ha logrado. Sólo tenemos que fijarnos en la última edición de CES, la feria sobre electrónica de consumo más importante a nivel internacional. En ella, el 72% de los visitantes corroboraron que la imagen en los paneles curvos aumentaba su calidad respecto a los televisores planos.
Una de las claves para entender por qué una imagen en un dispositivo curvo se ve mejor que en uno plano atiende a las leyes de la física más elemental. La pantalla curva permite un visionado completo y uniforme desde la misma distancia, en la que incluso los bordes de la pantalla se ven con igual nitidez y calidad.
Este efecto panorámico y de amplitud en el campo de visión responde, ni más ni menos, que al funcionamiento de nuestros ojos y, para ser concretos, de las células de la retina. Pues, es sabido que cuando el campo de visión supera los 30 grados, estas células se activan. Son 1.000 veces más sensibles al movimiento y es por ello que su respuesta manifiesta un visionado mucho más completo y enriquecedor, que modifica la manera de ver televisión, haciéndola más inmersiva y gratificante.