Este fin de semana se registró el deceso del poeta Héctor Escobar, proclamado el ‘Papa Negro’, y quien inició en los años 60 esta práctica teológica en el país. Escobar también se destacó por ser uno de los escritores más notorios de Risaralda.

Escobar murió el pasado sábado a los 74 años de edad, en Pereira, a causa de varias afecciones de salud que lo venían aquejando meses atrás.

Héctor Escobar, es considerado el precursor del satanismo en Colombia, y es recordado por oficiar la primera misa satánica en el país en el año 1967, además fue el fundador del Santuario Tántrico de Suramérica, reconocido centro de veneración diabólica del continente.

En una entrevista que concedió en meses pasados al periódico La Tarde de Pereira, explicaba que su creencia religiosa “nada tiene que ver con sacrificios ni con actos vandálicos. Ser satánico es tener una conciencia definida del propio yo y el reconocimiento que los demás nos deben a nosotros mismos por ser satanistas”.

Héctor se destacó como un hombre inteligente, pese a haber estudiado unicamente hasta segundo de primaria, su personalidad autodidacta le ayudaron a salir adelante y convertirse en poeta.

Entre sus libros se cuentan Antología inicial (1983); Testimonios malditos(1985); Cosmogonías(1985); Estetas y heresiarcas(1987); El libro de los cuatro elementos(1991) y El punto y la esfera(2004).

Adriana Vallejo, directora del Instituto de Cultura de Pereira, lamentó la muerte de Escobar y calificó su partida como una pérdida sensible para la cultura de Risaralda.

Los allegados y familiares de Héctor aseguran que su satanismo no era más que un acto de rebelión, mientras que en los círculos literarios y culturales de la ciudad era considerado una buena persona e incapaz de hacerle daño a nadie.

Estuvo casado con Soley Salazar su única esposa con quien nunca tuvo hijos.