Uribe rechaza invitación de Santos a diálogo sobre la paz; califica de “falsas cortesías” gestos del jefe del Estado
Tácitamente, el expresidente y senador Alvaro Uribe Vélez rechazó este miércoles la invitación que le formuló el presidente de la República Juan Manuel Santos a reunirse en la Casa de Nariño y dialogar sobre la paz. El exmandatario calificó como “falsas cortesías” los gestos del jefe del Estado.
“A pesar de trampas, malsalvas, falsas cortesías, provocaciones, nos mantendremos firmes para evitar la entrega del país a Farc”, escribe Uribe Vélez en su cuenta en Twitter, en la cual arremete nuevamente contra la negociación que adelanta el gobierno con el grupo guerrillero en La Habana, Cuba.
Además, de paso, el expresidente Uribe Vélez se pronunció en contra de la decisión de la Corte Constitucional de avalar el referendo para la paz propuesto por el gobierno de Santos.
«Dan permiso al referendo para acuerdos con el terrorismo de coincidir con otra elección, coincidencia que era prohibida. Todo para la farc», reseñó el exmandatario.
Igualmente Uribe Vélez reafirmó que las gestiones de paz que hizo en su gobierno, «siempre se adelantaron bajo los ‘inamovibles”, hecho sobre el cual se pronunció el día anterior en el Senado de la república, reproduciendo la integridad de su intervención, así:
“En dos momentos históricos el significado de dejación de armas puede tener significados diferentes. En el Gobierno nuestro se entregaron casi 20 mil armas, se desmovilizaron 30 mil paramilitares y 18 mil guerrilleros, y se exigió la entrega de armas tantos a los paramilitares como a los guerrilleros, a los paramilitares como a ‘Karina’.
Que no quede la menor duda, sin en algún momento hablé de dejación de armas, los hechos demuestran que lo que significaba en nuestro gobierno era entrega de armas.
Segundo, nosotros siempre buscamos todos los esfuerzos para la liberación de los secuestrados, con un acuerdo humanitario para el diálogo.
Tercero, el diálogo con el ELN que venía de atrás no pudo continuar porque ellos no aceptaron la condición del cese de actividades criminales, del cese del secuestro. Los paramilitares dijeron que sí lo aceptaban a través de la Iglesia. Empezó el diálogo, todo el mundo sabe en qué terminó.
Cuarto, el intercambio humanitario, mejor llamado acuerdo humanitario. Nosotros exigimos varias condiciones: una, que los guerrilleros que llegaran a salir de la cárcel no pudieran regresar a las Farc, porque las experiencias anteriores mostraban que los entregaban ‘pomposamente’ en uniforme de guerrilleros en los lugares que las Farc definiera y entonces producían mayores secuestros. Segundo, que se fueran del país. Francia ofreció recibirlos. Tercero, que de no irse del país, deberían quedarse aquí en el Programa de Reinserción bajo la vigilancia de la Iglesia Católica. Cuarto, nosotros autorizamos 26 esfuerzos. Colombiano que me pidió que le diéramos condiciones de facilitador, nunca se lo negué, empezando por el ilustre expresidente López Michelsen y terminando por el expresidente de Venezuela Hugo Chávez, siempre con esas condiciones que se llamaron ‘inamovibles’.
Dentro de los ‘inamovibles’ se habló de todo, incluso si preguntaban ¿si era posible una Asamblea Constituyente? Yo dije: ‘si esto se da dentro de los ‘inamovibles’, lo discutimos’. Estábamos abiertos a todo dentro de los ‘inamovibles’.
Quinto, se ha hablado mucho de la elegibilidad política de las curules. Además yo lo dije en el Manifiesto Democrático de los 100 puntos de 2002, pero hay una gran diferencia: lo que aprobó la Constitución del 91 en materia de elegibilidad política en estos casos, los circunscribía estrictamente al delito político. Una cosa es proponer curules a la luz de la Constitución del 91 en su texto original y otra cosa es ahora con el Marco para la Paz donde se ha llevado, por ejemplo, a que lo interpreten como lo interpretan en los acuerdos entre el Gobierno Nacional y el grupo terrorista Farc, que el delito del narcotráfico es un delito conexo con el delito político.
Nosotros siempre aceptamos sentencias reducidas, iguales para paramilitares y guerrilla. Alguien ha dicho que por qué nos quejamos hoy si en nuestro Gobierno liberamos a ‘Karina’. Ella se desmovilizó y ha venido pagando una reclusión, igualita a lo que pasó con los grupos paramilitares. Yo no comparto el concepto de asimilar en el Estado de Derecho, la seguridad a la guerra.
Henry Acosta. Nunca se había revelado su nombre por Luis Carlos Restrepo ni por mí. Era un secretario del doctor Angelino Garzón, entonces gobernador del Valle del Cauca, que como muchos colombianos adelantó esas gestiones siempre bajo los ‘inamovibles’.
Luis Carlos Restrepo acaba de dar unas declaraciones que las vamos a dejar de constancia aquí, en las que de manera categórica y clara muestra cómo se intentaron esos procesos. Se ha dicho por ejemplo que contrató con las Farc, ¡cómo ha de ser! ¡Cómo ha de ser! Se hacían en esas zonas obras sociales de gran importancia que ayudó al departamento del Valle del Cauca, en el departamento del Tolima, por ejemplo, a través de la Federación Nacional de Cafeteros, etc.
El tema de lo que ha pasado recientemente, ¡hombre! Nosotros no podemos estar de acuerdo con este incremento de la violencia.
La senadora Paola Holguín lleva unas cuentas serias. Hasta la semana pasada en estos dos años de diálogos, las Farc han cometido 759 atentados, ha dejado 318 civiles heridos, 99 muertos, 673 heridos de la Fuerza Pública y 628 asesinados.
Nosotros creemos que los discursos del Presidente de la República al decir que estamos en guerra y la guerra es entre combatientes –guerrilla y Fuerzas Armadas– lo que están es, so pretexto de proteger a la población civil, validando el asesinato de soldados y policías por parte de los grupos terroristas.
Este ‘farcómetro’ es un indicativo que cómo se ha venido desmejorando la seguridad.
Yo creo que si el Gobierno hubiera seguido esa política, era una política de seguridad, una política social, de promoción de reinserción de inversión generosa sin impunidad, el país estaría hoy en paz. Seguramente, los cabecillas del terrorismo estarían en Venezuela o en La Habana pero ya no tendrían organizaciones criminales para actuar en Colombia.
Con el senador Rangel hemos preparado un conjunto de objeciones a los acuerdos publicados entre el Gobierno y el grupo terrorista de las Farc, ya vamos en 68 porque los vienen alimentado la comunidad y estaremos prestos con mucho gusto a discutirlas.
Ayer recibí una carta del doctor Álvaro Leyva. Para nadie es un secreto que él se declara acérrimo contradictor mío, pero no tengo quejas de la transparencia que ha tenido en el diálogo conmigo. He anunciado que no la voy a responder, vamos a meditarla bien sobre todos estos temas.
Senador Velasco, me parece bien lo que usted ha dicho al respecto, que cuando hay discrepancias sin engaños, se puede construir credibilidad. Estamos prestos al examen de todas esas objeciones”.
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